El Valle, Mónica G. SALAS

El Monte Areo, situado entre los concejos de Carreño y Gijón, alberga la necrópolis tumular más importante del norte de España con siete kilómetros de longitud. Una de sus áreas dolménicas más destacadas es el Cierru Los Llanos, ubicado precisamente en la parroquia de El Valle. Se trata de un túmulo de unos 340 metros cuadrados de superficie circular en el que se encuentra el dolmen más conocido: el «Monte Areo XV». «Ésta es una de las dos únicas zonas que han sido excavadas, pero a lo largo de todo el Monte Areo se han encontrado más de treinta túmulos», asegura Alberto Fernández, de la Asociación de vecinos «Dolmen» de Guimarán-El Valle. En esta localidad se encuentra también el área recreativa del Monte Areo y uno de sus miradores naturales: el «Peña´l Carro», en el barrio de Santa Eulalia, desde el que se puede observar una gran extensión de la comarca litoral del Cabo Peñas.

Curiosamente el Monte Areo, declarado Bien de Interés Cultural en 1997, fue el lugar elegido en un principio para la construcción del aeropuerto de Asturias. «Al final no se llevó a cabo, pero yo creo que de todas formas nunca se hubiera creado por la existencia de los dólmenes», opina Alberto Fernández. Las investigaciones en el Monte Areo comenzaron en 1991 a cargo de la Universidad de Oviedo, aunque actualmente se encuentran paralizadas.

Desde el punto de vista arquitectónico, otra de las joyas que posee El Valle es la iglesia de Santa Eulalia. A lo largo de los años, este templo ha sufrido numerosas reformas. La más importante tras la Guerra Civil Española, cuando fue quemada. Como curiosidad, en el pórtico de la parroquia existe «una lápida de piedra con una inscripción en letras mayúsculas de tipo visigodo, de la que sólo se ha podido descifrar parte de su contenido», tal y como señala Alberto Fernández.

Otra de las construcciones destacadas de El Valle es el Palacio de Díaz Caneja, conocido actualmente como Casa Bárcena. Se dice que dicho palacio fue propiedad de la Condesa de Revillagigedo y durante la Guerra Civil se convirtió en cuartel general republicano. La edificación data del siglo XVIII y en su interior dispone de una capilla. Pero esta casona no es la única de importancia en la localidad. «También está Casa Cuervo y otra de tipo indiano en el barrio de Nozalín», explica Alberto Fernández.

A pesar de que la población de El Valle vivió durante muchos años del campo, en la actualidad esta tradición se ha perdido. «Antes había muchas ganaderías; sin embargo, ahora tan sólo quedan cuatro», dice Fernández. Por otro lado, tras la Guerra Civil, y como consecuencia del auge del sector industrial en Asturias, muchos vecinos de la parroquia comenzaron a trabajar en las fábricas más próximas, como la de cementos de Tudela Vegín o Arcelor, entre otras.

Guimarán ha sido desde siempre la parroquia hermana de El Valle. No sólo por estar próximas desde el punto de vista geográfico, sino también porque comparten asociación de vecinos, así como otro tipo de agrupaciones. De hecho, hace aproximadamente diez años se creó el Centro de iniciativa rural común a las dos localidades, donde se encuentra el aula del neolítico, dedicada al Monte Areo; la aldea digital, provista de ordenadores, y una tienda-bar. La estrecha relación entre Guimarán y El Valle comenzó hace años cuando se crearon las primeras escuelas rurales en 1891. Hoy en día, estas escuelas, junto a las de Logrezana, son las únicas que continúan en funcionamiento en Carreño. En este sentido, Alberto Fernández, tesorero vecinal, asegura que el centro no cree que llegue a cerrarse en un futuro, ya que «son muchos los niños que hay en las dos localidades», declara.

El Valle es una de las parroquias más extensas del concejo, tras Logrezana y Perlora, con 7,03 kilómetros cuadrados. La población ronda los 260 habitantes. No obstante, «en los últimos años esta cifra ha aumentado», concluye Fernández.