Candás, Mónica G. SALAS

Lo mismo pinta un fular de seda que una corbata o un abanico. María Jesús Fernández convierte en arte todo lo que toca. Incluso, transforma las manchas de pintura de sus pantalones en pequeñas flores de diferentes formas y colores. Y es que, según la candasina, todo lo que nos rodea se puede pintar. Por eso, Fernández, aparte de una artesana, se considera una creativa. «No me gusta dibujar siempre lo mismo; necesito cambiar de materiales e innovar», explica.

Su andadura comenzó con sus estudios de decoración en Oviedo. Desde entonces, Fernández, de 56 años, ha dado vida a multitud de paisajes asturianos. Entre ellos, y como no podría ser de otra forma, los de Candás. Y, más concretamente, la Peña Furada, un símbolo de la villa. Sin lugar a dudas, «es el rincón de Candás que más me piden que dibuje», expresa. No obstante, sus cuadros nunca son iguales, sino todo lo contrario: «En cada pintura plasmo mis sentimientos y mis estados de ánimo; transformo el paisaje de una forma diferente según el día». Pero lo que más le atrae ahora es la pintura de tipo de industrial. «Represento fábricas y astilleros; veo su lado bonito», apunta.

Para sus creaciones, María Jesús Fernández o bien hace una fotografía del espacio que quiere plasmar sobre el lienzo o bien pinta en el propio lugar. Pero «siempre es conveniente tomar algo de distancia y pintar también con la mente para poder ser creativa», declara. «Yo siempre digo que hay que saber pintar para luego desdibujar», añade. La técnica que utiliza para sus obras es óleo con espátula de carrocero. Se trata de una espátula grande que permite a la candasina crear cuadros con colores vivos.

También decora por medio de sus pinturas todo tipo de productos. Desde un fular de seda hasta marcapáginas, corbatas o abanicos. «Cada material necesita unas pinturas diferentes», señala. Por ejemplo, para conseguir el fular, la artista candasina utiliza pinturas para seda así como goma guta, una resina que sirve para delimitar los espacios a pintar. «También empleo sal y alcohol para conseguir determinados efectos», aclara. En el caso de los marcapáginas, la candasina dibuja todo tipo de flores en unas pequeñas tiras que luego pega sobre cartulinas de colores. A ello añade siempre una frase de un célebre autor, ya que a Fernández también le gusta escribir. «Me lo paso muy bien», asegura. Entre los artículos más extraños que ha diseñado están una bandera para un barco, vestidos para niñas y un póster de un torero.

Tanto sus cuadros como el resto de artículos que diseña los cuelga en sus blogs. Todo un descubrimiento para ella, ya que, gracias a sus páginas, su trabajo es conocido por muchos artistas españoles e, incluso, extranjeros.