Tamón, Mónica G. SALAS

Setenta y siete viviendas expropiadas, cuatro molinos de agua destruidos y hasta cuatro edificios escolares derribados. Ése es el balance que han dejado la industria y la autopista «Y» en su paso por la parroquia carreñense de Tamón. Desde los años cincuenta, con la instalación de la empresa siderúrgica Ensidesa, ahora Arcelor-Mittal, esta localidad ha sufrido hasta la fecha un sinfín de expropiaciones. «Tamón ha sido una de las parroquias más vilipendiadas de Asturias y, sin embargo, no ha sido aún compensada», denuncia Manuel María Noceda, presidente de la Asociación de Vecinos de San Juan de Tamón.

A lo largo de todos estos años, los vecinos han tenido que ver cómo el patrimonio histórico de su pueblo ha sido cubierto por el polvo de la industria. Un ejemplo son las escuelas rurales, erigidas en 1920, una de las construcciones emblemáticas de Tamón. Compuesta por una vivienda para los maestros y dos módulos de enseñanza, esta edificación fue derribada en los años sesenta por la antigua Ensidesa. «La multinacional expropió varios terrenos y entre ellos en el que estaba ubicado el centro escolar», explica Noceda. Hoy no queda rastro de ella, pero sí del germen de su destrucción, una cantera que, aunque fue rellenada con el cese de su actividad, aún conserva su huella.

A raíz de la demolición de este edificio, las escuelas de Tamón, hasta la construcción de unas nuevas, estuvieron rondando por varios locales de la parroquia, entre ellos el cabildo de la iglesia. No obstante, las escuelas volverían a ser protagonistas de una nueva agresión en los años setenta. Esta vez no por la industria, sino por el proyecto de construcción de la autopista «Y», que une Oviedo, Gijón y Avilés. Es entonces cuando «se tiran las escuelas y se construyen otras prefabricadas, que serán eliminadas posteriormente cuando se haga el acceso a la autopista desde Tabaza», dice el presidente de la entidad vecinal. Pero lejos de que este capítulo llegue a su fin, en los años noventa, con la instalación de la multinacional Du Pont, se vuelven a tirar. A partir de ese momento las escuelas pasan por varios edificios de la parroquia hasta que se construyen las actuales, hoy en día convertidas en centro social. Las escuelas cerraron sus puertas hace dos cursos por falta de alumnos.

Con la empresa Praxair Ibérica y parte de Cogersa y de las multinacionales Arcelor-Mittal y Du Pont asentadas en su territorio, Tamón está situado en el centro del motor económico e industrial de Asturias. Todo ello generó, como es lógico, otro problema: la contaminación: ambiental, por las fábricas, y acústica, por la carretera. «El ochenta por ciento de la contaminación que hay en Tamón la produce la autopista. Hay muchas casas ubicadas cerca de la carretera, donde no se puede mantener una conversación normal», asegura Manuel María Noceda. Como solución, la asociación de vecinos lleva solicitando, sin éxito, desde hace más de diez años, la instalación de pantallas acústicas que aminoren el ruido, ya que, según publicó Ingenieros Asesores en su estudio, en Tamón se superan con mucho los decibelios permitidos. De hecho, la propia empresa aconsejaba la reubicación de la población dentro de la localidad. «Este estudio llegó al Ministerio de Fomento, pero ni se pronunciaron al respecto ni actuaron para solucionar el problema», se queja Noceda.

Todo ello ha ido motivando el progresivo despoblamiento de la parroquia. Ya sólo con las expropiaciones, en su día «marcharon de Tamón alrededor de 250 personas», aclara Manuel María Noceda. Actualmente, esta localidad cuenta con una población de 350 habitantes, siendo, pues, una de las menos pobladas de Carreño. Además, «la media de edad es muy alta, porque los jóvenes se marchan», indica Arsenio Sánchez, vicepresidente de la entidad vecinal.

Así, el desarrollo económico e industrial de Asturias ha pasado factura a Tamón. Según sus vecinos, la industria les ha dejado huérfanos de construcciones relevantes. «Tan sólo nos queda la iglesia de San Juan de Tamón», apunta Arsenio Sánchez. Este templo data de 1906 y está provisto de una original torre cuadrangular y estrecha, rematada en pirámide. La iglesia se encuentra en un buen estado de conservación y ha sido reparada recientemente con una subvención de 52.000 euros. Como curiosidad, y fruto de esta última obra, la iglesia de San Juan de Tamón es uno de los pocos templos que poseen servicios en su interior, algo no muy frecuente en los templos asturianos.