Candás, Braulio FERNÁNDEZ

La mayoría de los negocios de hostelería de la calle Valdés Pumarino de Candás, la de mayor ambiente nocturno de la villa, ha convocado un cierre patronal para el lunes de Carnaval, el próximo 11 de febrero. Esta medida implica el cierre de los negocios a partir de las diez de la noche. El motivo es la negativa del Ayuntamiento a modificar la normativa de horarios, que establece que el lunes de Carnaval, a todos los efectos, es «un lunes más». Así, los bares tendrán que cerrar, en su mayoría, entre las 1:30 y las 3:30 horas de la madrugada, dependiendo de si cuentan con licencia de música amplificada o no.

«Comprendo el enfado de los empresarios, pero esperaron al último día para arreglar las cosas. La normativa estuvo el año pasado expuesta a información pública y fue el momento de haber realizado las alegaciones», explica el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Carreño, José Manuel Muñiz.

El gobierno ha precisado que, si bien varios vecinos y asociaciones presentaron alegaciones a la normativa de ruidos y horarios, ningún empresario lo hizo. Eso sí, la medida no tiene vuelta atrás. «Hay cosas que no se pueden hacer de un día para otro, y en Carnaval no se va a mpliar el horario», asegura Muñiz, quien no descarta que la situación cambie el año próximo. En ese sentido, mañana, miércoles, se celebrará una comisión de Urbanismo en la que se tratará la ampliación de horarios para los bares, aunque para futuras celebraciones, no para la de este año.

El Carnaval de Candás, eso sí, seguirá con el programa previsto, que incluye un desfile el próximo lunes, a partir de las 20:00 horas. «Yo tengo que seguir con el programa, y habrá desfile», asegura el edil de Festejos. Sin embargo, los propios hosteleros han convocado a las peñas candasinas para una reunión, hoy mismo, a partir de las 17:00 horas. Entre los objetivos se encuentra el posible traslado de la jornada principal de Carnaval al sábado, o el anterior o el siguiente, cuando los hosteleros tiene un margen de dos horas más para cerrar sus negocios.

Así pues, el Ayuntamiento y los empresarios negocian con las peñas por separado, lo que arroja dudas sobre la propia celebración del desfile de Carnaval. Una situación que no ha sentado nada bien en el gobierno local, que pide que los negocios de hostelería se asocien, no solo para contar con un interlocutor para asuntos concretos como el de los horarios, sino también para futuras notificaciones y reuniones.

De esta forma, el cierre de los bares la noche del lunes de Carnaval, desde las 22:00 horas, puede suponer un punto de inflexión de las relaciones entre empresarios y gobernantes. Se trata tan solo de la segunda tentativa de cierre por parte de los primeros en la última década. En febrero de 2007, entonces por la escasez de aparcamientos en el casco urbano de Candás, los hosteleros amenazaron con una jornada de cierre. La situación se desbloqueó finalmente mediante la puesta en marcha de varias medidas para ampliar el número de estacionamientos.

En esta ocasión el cierre es mucho más breve, solo a partir de las diez de la noche, pero tendrá un efecto si cabe mayor puesto que podría darse la circunstancia de que, una vez finalizado el desfile de Carnaval, la fiesta quedase menoscabada, al encontrarse todos los locales de hostelería cerrados.