Lugones,

Manuel NOVAL MORO

La promoción de viviendas de Tiru Cañón, en la finca anexa al Colegio Público Santa Bárbara, será una realidad dentro de quince meses. La empresa Viviendas del Principado de Asturias (Vipasa) ha adjudicado las obras de un proyecto que está pendiente desde 2006 y que se ha rediseñado al objeto de adaptarlo a las actuales circunstancias.

Por lo pronto, en un principio estaba previsto construir 71 viviendas de promoción autonómica y el proyecto definitivo ha dispuesto que se construyan 66. En cuanto al régimen se establecía conceder una parte en arrendamiento para rentas básicas y el resto venderlas a precio general. Ahora, sin embrago, todas las viviendas se destinarán al alquiler.

La actuación supone una inversión de más de 5,3 millones de euros. Según informó el Principado, las personas interesadas en optar a una de estas viviendas deberán estar inscritas en el registro de demandantes de vivienda protegida del Principado de Asturias.

La promoción está dirigida a a unidades familiares que tengan ingresos de hasta 4,5 veces el indicador público de renta de efectos múltiples.

El proyecto comprende la construcción de tres edificios rectangulares, de cuatro plantas de altura cada uno. De las viviendas, 48 son de tres dormitorios, 15 de dos dormitorios y tan sólo tres de un dormitorio. El edificio contará con sistema de calefacción y agua caliente centralizada y colectores solares en cubierta para apoyo de la instalación.

Esta promoción contribuirá a aplacar la sequía constructora que hay actualmente en el concejo de Siero, afectado gravemente por el parón del sector que ha visto cómo en los últimos años se adelgazaba enormemente su oferta.

El proyecto servirá, además, para recuperar unos terrenos que llevaban abandonados muchos años y contribuir a acrecentar la vocación residencial de Lugones por delante de la industrial. La finca debe su nombre a que, en sus terrenos, la fábrica de explosivos Santa Bárbara contaba con varios cañones, uno de ellos de la Marina. Había un campo de tiro y una gruta que servía de blanco para los proyectiles para medir la velocidad de la descarga. Estas pruebas con cañones y otras con la pólvora de caza eran las principales de la finca que, el próximo año, formará parte de la expansión de Lugones frenada en parte por la crisis.