Villaviciosa,

Gonzalo BENGOA

Ana María Iglesias tiene una plantación de manzanos en su finca de Villaviciosa. Ayer quiso despejar dudas sobre la manera de podar los árboles en invierno. «Tengo libros y mucho interés por conocer los detalles de la poda, pero nada mejor que una explicación práctica», valoró la mujer, que se inscribió en las jornadas de poda y cuidados de invierno en plantaciones de manzano que organizó el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) en Villaviciosa. Conocer las peculiaridades de cada una de las variedades de la denominación de origen protegida (DOP) del manzano en Asturias y saber cómo intervenir de forma diferenciada con cada una de ellas son los principales objetivos de esta actividad, que reunió a más de doscientos interesados.

La jornada estuvo desarrollada por el equipo del programa de fruticultura que coordina el investigador Enrique Dapena, quien explicó la teoría en el teatro Riera y posteriormente dirigió varias prácticas, respondió a preguntas y resolvió dudas en una de las parcelas que tiene el Serida en el concejo. Dapena habló de la fertilización y el mantenimiento de líneas, la protección fitosanitaria y las actuaciones específicas en las nuevas plantaciones. Aunque lo que más interés tuvo fue la explicación sobre «la poda de formación y de fructificación en plantaciones de eje y tradicional», explicó.

La parcela del Serida en la que se trabajó es del año 2008, «es decir, relativamente reciente», destacó Dapena. En la finca crecen las veintidós variedades de manzano existentes «para verlas comparativamente y con la idea de que la gente pueda ver cómo funciona cada una de ellas». Enrique Dapena destacó que los productores de manzanos en Asturias «conocen normalmente cómo podar un árbol de estas características». «Hay gente que tiene plantaciones regulares, aunque hay otros con plantaciones más recientes y hasta aficionados con pocos árboles», destacó el investigador, quien aseguró que «en general hay un nivel bueno de conocimientos».

Zósimo Caveda es natural de Santa Mera, un pueblo de Villaviciosa. No dudó en inscribirse en la jornada para «aprender algo nuevo sobre la poda. Había hecho otro curso, pero siempre hay aspectos que desconoces y poner luego en práctica», afirmó Caveda, quien tiene una plantación de manzanos en su finca.

En la forma de podar sus árboles, Zósimo Caveda asegura que «tenía conocimientos distintos a lo que explicó Dapena para conseguir mejor producción». Otro interesado en las jornadas fue Tomás Carcedo, de Laviana, quien reconoce que «no tenía mucha idea en la poda» y decidió aprender de las clases del SERIDA en Villaviciosa.

Con la ayuda de Paulino Dapia, Enrique Dapena explicó aspectos tan importantes como que el aire y la luz favorecen la alimentación y el crecimiento de los órganos del ramaje del árbol. En la poda «los cortes deben ser limpios y que las herramientas no dejen la superficie rugosa», explicó Paulino Dapia, que se encargó de la mayor parte de la poda.

Y es que cuando se corta una rama gruesa «debemos procurar que no se produzcan desgajes». Además, si se puede evitar, «debemos olvidarnos de utilizar la motosierra para cortar ramas de gran tamaño», según respondió el experto a uno de los participantes de la jornada.

Controlar el crecimiento del manzano y determinar la altura del árbol fue otra de las preguntas de los productores inscritos. «Tengo una plantación de manzanos a la que dedico todo el tiempo después de mi jubilación», comentó Julián Fernández, de Sariego.

El hombre reconoce que «no tenía mucha idea sobre los cuidados del árbol, pero ahora me informo y procuro hacer las cosas bien. Todo por tener una buena producción de manzana, aunque poco negocio hago con ellas», destacó.

Pedro Hevia, vecino de Siero. llegó «con muchas dudas sobre lo que estoy haciendo con mis manzanos a la hora de la poda», reconoció. «Salgo con las cosas más claras, aunque cuando esté en mi finca las cosas serán distintas a las que veo en esta práctica».

Los participantes recibieron una documentación completa sobre los principales aspectos que se abordaron en la jornada, aunque el Serida edita varias publicaciones sobre esta disciplina que tienen una notable aceptación.

La ventaja de estas jornadas es que a las pocas horas, los interesados y participantes se van a sus fincas a poner en práctica lo que han visto, con nuevos conocimientos y mucho interés. La actividad formativa, entre la teoría y la práctica, se desarrolló durante más de cinco horas.