Perlora,

Braulio FERNÁNDEZ

Los habitantes de Perlora acogen con optimismo, pero con cautela, las medidas de seguridad que se van a colocar en la carretera vieja entre Gijón y Luanco, aprobadas por la Junta General del Principado a instancias del PP. La escasa visibilidad y la gran velocidad a la que circulan los vehículos convierte en un gran riesgo el simple hecho de cruzar la carretera para visitar a un vecino. Algo que pretende cambiar el plan de seguridad previsto, que incluye la colocación de sistemas reductores de velocidad y bandas transversales de alerta, así como la correspondiente señalización vertical de peligro.

«A mí como si ponen un radar fijo, estamos cansados de ver pasar los coches a gran velocidad, y en verano es peor cuando se acercan turismos de más potencia», resalta Ana Martínez, una vecina de Perlora. El tema preocupa sobremanera en la asociación de vecinos, que se ha dirigido en numerosas ocasiones al Ayuntamiento de Carreño para tratar de poner freno a esas prácticas ilegales.

«Lo que no nos gustaría es que se colocasen bandas con mucha altura, como las que hay en Candás», replica, por su parte, Merche Junquera, vecina del núcleo perlorín más afectado por las altas velocidades que alcanzan los vehículos y las motos.

«La carretera Luanco-Gijón a su paso por Perlora, más concretamente a partir del kilómetro 8 dirección a Candás, es centro neurálgico de carreras de coches y motocicletas de alta cilindrada», asegura José Ramón Fernández, portavoz de los populares en Carreño, y que el pasado mes de enero ya había elevado al Pleno una petición similar a la aprobada en la Junta.

Tal y como señala el edil, la vía «dispone actualmente de dos pasos de peatones pintados y convenientemente señalizados, así como una limitación en todo el recorrido que en muchos casos no es respetada».

Eso supone que «cada día, y especialmente los fines de semana, circulen por esta carretera vehículos a altísima velocidad que no respetan la señalización y que terminarán provocando una desgracia debido a que en la zona de Perlora, concretamente en el barrio de la Estaquera, que dispone de una recta adecuada para correr y adelantar, existen varias viviendas unifamiliares con niños pequeños». Además, sólo existe acera en uno de los sentidos, por lo que los vecinos se ven en la obligación de cruzar la carretera siempre que desean salir de casa.

«En muchas ocasiones al cruzar la carretera para llegar a la acera, los coches y motocicletas van a tanta velocidad que llegan antes de que se pueda escuchar el ruido del motor, lo que supone un grave peligro», asegura Fernández, para quien «es un tema de suma importancia porque estamos hablando de que todos los días se está poniendo en riesgo a los vecinos como consecuencia de la existencia de carreras y de una descuidada protección viaria».

De hecho, han sido varios los accidentes en los últimos años que han puesto de manifiesto la necesidad de mejorar la eficacia de las señales de limitación. «La Guardia Civil de tráfico de Candás es consciente de todo esto, pues en muchas ocasiones han sido avisados a través del 112 al objeto de denunciar estos comportamientos delictivos», asegura Fernández.

Así es que la propia Guardia Civil ha dado traslado a la Dirección General de Carreteras del Principado de Asturias de la propuesta para instalar reductores de velocidad, así como bandas transversales de alerta y la correspondiente señalización vertical del peligro, sin que hasta el momento se llevara a cabo.

Esta semana, en la Junta General del Principado, «PSOE y Foro plantearon dudas acerca de las medidas, pero retiraron las objeciones al texto cuando supieron de un informe de la Jefatura Provincial de Tráfico en el que recomendaba su instalación», dice Fernández. Quizás ahora los vecinos puedan cruzar de acera.