«Sería mejor no hacerlo, tendríamos menos trabajo, pero es necesario podar las plantas para tener dinero». Así comenzó Bruno Billote, ingeniero agrónomo francés experto en horticultura, el curso de poda de arándanos que ofreció a treinta productores de Asturias. Billote se desplazó hasta Villafría, en Pravia, donde Fernando García Bernardo, presidente de la Asociación Asturiana de Productores de Pequeños Frutos (AAPPF), ofreció su finca para que sus plantas, ya adultas, sirviesen para los ejemplos prácticos.

Billote comenzó explicando las diferencias entre las plantas adultas, a partir del sexto año, y las más jóvenes, si bien en todas ellas se pueden advertir claramente las partes del arbusto. La mayoría de los productores que asistieron al curso son poseedores de plantaciones de nueva creación. Las plantas adultas necesitan que la poda se centre en la copa y la forma del arbusto, para regular la planta año tras año. Por el contrario, en las jóvenes es indispensable la poda, porque «necesitan un nuevo crecimiento para poder recoger», explicó Billote.

La época más adecuada para realizar la poda es «ahora, en el mes de febrero, porque podemos ver los botones de la fruta, que se distinguen de los de rama, desde la caída de la hoja y antes de que rompa el botón de la primera flor». Según el ingeniero francés, el clima no importa, «no hay riesgo de hongos aunque llueva», pero no se puede esperar mucho más para la poda, porque el riesgo está en la subida de temperaturas: «En abril, por ejemplo, se puede podar, pero siempre con sol», indicó el experto a los agricultores.

La razón por la que se poda es el control sanitario, avanzó Billote, y a través de la poda se consiguen cuatro aspectos fundamentales para lograr una buena producción de arándanos que genere ingresos que permitan la sosteniblidad de la empresa agraria. Por un lado, es una solución para hacer más fácil la recolección, al tiempo que es una medida profiláctica contra los hongos.

Con la limpieza de los árboles se consigue también «regular el número de frutos», comenta Billote. Es preciso controlar la densidad de los arbustos, porque «si dejas mucha fruta en una planta con poca agua no va a salir adelante», añade. Por último, la poda del arándano también sirve para que «mientras se corta la madera puedas hacer agujeros que airean la planta», advierte.

En definitiva, la clase práctica del ingeniero francés demostró que la poda es indispensable para conseguir una buena producción, con bayas grandes y sanas, con una talla mínima y que sean frutos de alta calidad, «eso es lo que quiere el mercado», concluyó.

«No cortes con la cabeza, corta con los ojos»

Bruno Billote, dueño de la empresa Pépinières Multibaies, es también el presidente del sindicato nacional de productores de arándano en Francia. Su intervención estuvo llena de consejos prácticos. «No cortes con la cabeza, corta con tus ojos», recomendó Billote, que estima que es fundamental emplear la experiencia y la observación de las plantas para efectuar una poda adecuada. «No es un proceso industrial y hay que buscar un equilibrio en la planta, además, cada una es diferente, son seres vivos».