La lluvia rompió, ayer, en Villaviciosa, el Silencio. Esta procesión no pudo salir a la calle y la virgen Dolorosa se quedó sin lucir su manto recién restaurado en el taller de las monjas clarisas de la localidad. Fue un mal comienzo para los actos de la Pasión maliayesa, sobre los que, un año más, pende la amenaza del agua, ya que las previsiones meteorológicas para estos días no son muy alentadoras. La treintena de personas que se dieron cita en la iglesia participó en el canto de la salve a la Virgen -en la foto- y aprovechó para fotografiar la imagen, informa M. M.