Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

Dos menores pusieron en jaque a vecinos y agentes de la Policía en Pola de Siero después de robar un vehículo la tarde-noche del pasado lunes y estrellarlo en la calle Alcalde Parrondo de la localidad. Al parecer, los jóvenes, D. S. G., natural de El Berrón, y J. A. S., natural de Barcelona, ambos de 17 años, robaron un automóvil marca Seat Córdoba en El Berrón y llegaron en él a Pola de Siero.

Pero en la calle Alcalde Parrondo de la capital del concejo tuvieron un accidente y fueron interceptados por varios ciudadanos que habían salido tras ellos para evitar que se salieran con la suya. Allí se encontraron con que el automóvil que conducían tenía bloqueada la salida por otros coches y entonces los menores decidieron bajarse y echar a correr para escapar.

Entre tanto, dos agentes de la Policía Local, que habían sido advertidos del suceso, salieron a la busca de los autores del robo, que habían huido ya hacia la calle Marquesa de Canillejas. Los efectivos policiales que corrían detrás de los menores eran informados, según avanzaban por la céntrica calle de Pola de Siero, por vecinos que les aseguraban que los menores estaban enfrentándose a todos los que se les cruzaban en el camino.

Los agentes vieron a los jóvenes a la altura de La Bodega de Máximo, un conocido bar de la localidad, y allí los interceptaron. Máximo del Río, propietario del bar, fue testigo del altercado: «Estaba descargando mercancía y me encontré con el barullo; primero le pegaron a un chaval que pasaba por aquí y después, cuando llegó la Policía Local, se enfrentaron y los policías no podían con ellos; les daban patadas y de todo».

Los agentes, una vez concluido el suceso, se mostraron muy agradecidos con la participación de los vecinos de la localidad, porque, además de un buen número de curiosos, se encontraron con otros ciudadanos que se prestaron desinteresadamente para ayudarlos a detener a los jóvenes. Los agentes, a través de un comunicado, agradecieron a estos ciudadanos anónimos que «colaboraron incluso poniendo en riesgo su integridad física», ya que los menores acometieron contra todos los que se acercaban a ellos.

Finalmente, los agentes lograron reducir y esposar a los menores y entonces acudieron efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, que habían sido avisados también por los vecinos, en vista de que el incidente no parecía resolverse.

Una vez detenidos, incluso con las esposas puestas, los menores todavía mantuvieron una actitud muy hostil y agresiva hacia los agentes, no sólo durante el propio traslado, sino también en las propias dependencias de la Comisaría de Policía, en la calle El Molín. Como consecuencia de todos estos hechos, los menores fueron arrestados por sendos delitos de robo y de atentado. Ambos cuentan con numerosos antecedentes por hechos similares.