Pravia, Sara ARIAS

A pesar de la crisis, en Pravia se emprende. Los negocios de nueva creación en la comarca avanzan a buen ritmo, en parte gracias a la concesión de las ayudas del programa Leader que gestiona el Grupo de Desarrollo Rural (GDR) Bajo Nalón. Tres empresarios del municipio praviano, entrevistados por LA NUEVA ESPAÑA, reconocen que las ayudas son fundamentales y celebran que la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos haya eliminado, mientras dure la crisis, el requisito de mantener durante diez años el total de los empleos en las empresas subvencionadas. Los consultados estiman más importante proteger la inversión y establecer medidas que aseguren el mantenimiento del empleo que perder la ayuda concedida por no poder seguir con las mismas condiciones.

Uno de los emprendedores es Javier Cadrecha, que en 2008 echó a andar su empresa de turismo activo, Cadventur. El joven recibió una subvención del 40 por ciento de la inversión requerida por su negocio, 43.000 euros para habilitar el local y para adquirir el equipamiento deportivo necesario. Cadrecha comenta que sin la ayuda hubiese seguido adelante de igual forma, pero que se trataría de una empresa temporal, no podría permitirse el lujo de abrir todo el año y tener un puesto de trabajo más o menos asegurado. Sobre la modificación del Principado lo tiene claro y considera que en este momento actual es más difícil crear empleo: «Si se mantiene la inversión, bastante se hace». Y continúa: «Si no generas empleo y te quitan la subvención, a lo mejor no mantienes ni lo que tienes», concluye.

Los grupos de desarrollo rural subvencionan no sólo sectores agrarios, sino que aportan ayudas a todas las iniciativas empresariales que puedan favorecer el crecimiento de las zonas rurales al tiempo que fijan población. Un ejemplo es la ayuda que recibió María Josefa Cano para abrir su restaurante en Agones. Recibió un 30 por ciento de los 255.000 euros que iba a costar el arranque del local aunque, debido a problemas con el contratista, la inversión se fue finalmente hasta los 600.000 euros. Por encima de todo, Cano destaca el asesoramiento que recibió, que va más allá de la ayuda económica. El negocio de Cano ha generado dos empleos que, de momento, mantiene. Si las cosas van mal, sería «complicado» pagar las nóminas, reconoce Cano, que opina que los cambios en el programa de ayudas Leader son «un incentivo».

El gerente del GDR Bajo Nalón, Juan Antonio Lázaro, apoya la nueva medida de Agroganadería porque «no ataca el empleo, sino que protege la inversión. Con la crisis que hay, muchas empresas no pueden mantener la media de empleo». Lázaro piensa que es muy injusto que las ayudas «Leader» sean las únicas que plantean restricciones respecto al empleo. El gerente está a favor de la modificación que ha llevado a cabo Agroganadería y se muestra muy duro con quienes la critican: «No tienen ni idea de lo que están hablando y dan una visión sesgada, parcial e interesada del asunto; el cambio ayuda a incentivar la zona rural y, a su vez, la creación de empleo. Las restricciones empujan a cerrar las empresas y generan una pérdida masiva de empleo».

Pablo Mourullo e Isabel Menéndez, que han montado una clínica de podología, lo ven de esta forma: «Con las facilidades que hay hoy en día para despedir y tal como se pone la cosa, mantener lo que puedas es suficiente», comenta el joven. Podólogos Bajo Nalón ha creado dos puestos de trabajo desde 2005, gracias a la subvención que recibieron, que cubrió el 20 por ciento de la inversión, «un empujón que vino muy bien». Luego consiguieron otra ayuda para la consolidación del negocio.

Los tres casos que aquí se presentan son los ejemplos de cómo se diversifica una zona económicamente. A la izquierda, Javier Cadrecha, en su tienda de turismo activo; en el centro, Pablo Mourullo, que regenta una clínica de podología y, sobre estas líneas, María Josefa Cano, en su restaurante de Agones, informa S. A.