San Esteban de Pravia, Ignacio PULIDO

San Esteban de Pravia (Muros de Nalón) es un diamante en bruto. Al menos eso opinan sus hosteleros. Tras un invierno lluvioso afrontan la temporada de verano con ilusión y acaban de salir de la Semana Santa con unos resultados satisfactorios. El buen tiempo es indispensable para este rincón del bajo Nalón, cuya oferta turística está vinculada a las actividades al aire libre. Sus buenas conexiones con las grandes ciudades de la región gracias a la autovía y la presencia de unas 70 viviendas de segunda residencia lo convierten en destino de numerosas personas para pasar las vacaciones. Tras enterrar la mayor parte de la herencia dejada por su pasado industrial -la zona llegó a conocerse como la «cloaca» de las Cuencas décadas atrás por recibir los residuos de la limpieza de carbón a través de las aguas del Nalón- y realizar varias actuaciones urbanísticas que han mejorado con creces su fachada marítima, el sector busca un impulso definitivo que algunos ven en la constitución de un colectivo de hosteleros para ofrecer un catálogo de eventos más atractivo.

Quique Suárez del Prado regenta el bar La Nueva España desde hace cuarenta y tres años. «Aún tenía 14 años cuando comencé a trabajar aquí», señala mientras atiende a sus clientes. Ha sido testigo de épocas pasadas en las que la actividad en el astillero y el desguace movía a mucha clientela. Ahora, la hostelería de San Esteban depende en gran medida de los turistas. En el pueblo ya apenas se genera empleo. «Está todo muy flojo, pero si hay buen tiempo la gente responde. No hay dinero, pero hay que resistir», subraya y prosigue señalando que «San Esteban está precioso. Llama la atención. Su aspecto ha cambiado mucho», enfatiza.

Kiko Cochón tomó las riendas de la cantina de la estación de Feve hace cinco años. Desde entonces su establecimiento se ha convertido en un referente del pueblo. «Considero que San Esteban está en proyección. Su hostelería está trabajando muy bien y tiene una amplia oferta que le permite competir», explica. A mediados de junio, este hostelero ampliará negocio en Muros en el concejo. «Estoy tan convencido del potencial de la zona que me he embarcado en una nueva aventura», afirma. Cree que «San Esteban es una joya por explotar. Siempre se lo digo a la gente, podría ser el Mónaco del Norte. Tiene playa, piscinas con agua de mar, zonas verdes, sitio para aparcar y sendas peatonales». El Antiguo Molinillo está abierto al público desde hace seis años. Su encargado, Ginno Merlo, señala que «las cosas van bastante bien teniendo en cuenta el panorama general. Esta Semana Santa registramos más clientes que el año pasado. Es un dato muy positivo teniendo en cuenta cómo estuvo el tiempo», matiza. Merlo indica que los fines de semana están funcionando muy bien: «La hostelería se ha especializado. Ofrecemos cosas más elaboradas y buenos precios».

En tiempos de crisis, San Esteban ha asistido a la inauguración de un nuevo restaurante, Can de la Ribera, y a la reapertura, en noviembre, de la tasca marinera El Puerto, de Rodrigo Fortuny. «En invierno hay poca gente todos los días», comenta Fortuny, quien afirma que los fines de semana empiezan a captar a más gente. «La Semana Santa estuvo bastante bien a pesar del mal tiempo», explica. A partir de primavera, la actividad en San Esteban cobra vida. «El buen tiempo es lo principal», recalca.

La mayoría de los visitantes procede de Oviedo, Grado, Avilés y Gijón. «Las piscinas atraen a muchísimas personas en verano», asegura Kiko Cochón, el cual destaca la importancia de la conexión ferroviaria con Oviedo. «Es indispensable», sostiene. Por otra parte, durante el verano muchos turistas, sobre todo, de Madrid y de Castilla y León disfrutan de sus vacaciones en la zona. Del mismo modo, con la mejora de las comunicaciones viales en el Norte, también se ha comenzado a captar a turistas vascos. Los hosteleros señalan que otra de sus bazas frente a competidores directos como la villa de Cudillero es la posibilidad de aparcar sin mayor problema. «No hay que dar muchas vueltas», indica Cochón.

De todos modos, algunos hosteleros señalan que sería preciso crear una asociación para canalizar el esfuerzo. Hoy por hoy, en San Esteban hay ocho establecimientos hosteleros. «Hay numerosas ideas que podrían materializarse si todos aportásemos nuestro granito de arena», concluyen.