Un hito expositivo como el que ha supuesto para Pola de Siero la muestra «Arte español contemporáneo 1960-2011. Colección Sidercal Minerales, S.A.» merecía una clausura a la altura. Y la tuvo con la mesa redonda «El coleccionismo y el papel del coleccionista como mecenas del Arte en el siglo XXI», desarrollada en el Auditorio en la tarde noche del miércoles, en la cual participaron prestigiosos historiadores del Arte, críticos y galeristas de renombre internacional.

La nómina de expertos estaba encabezada por Alfonso Palacio, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Oviedo y que en breve asumirá su cargo como nuevo director del Museo de Bellas Artes de Asturias. Desde su posición de moderador, Palacio presentó al resto de componentes del debate: Ana María Fernández, también profesora de Historia del Arte en la Universidad de Oviedo; el crítico Ángel Antonio Rodríguez; el también crítico y comisario de exposiciones Mariano Navarro; el galerista portugués Mario Sequeira y el Historiador del Arte y comisario de exposiciones Juan Pérez de Ayala.

En su presentación, Palacio ya sentó las bases del debate, al explicar al público las bases del «Sistema del Arte» como una estructura en la que intervienen diferentes agentes, según las argumentaciones de Achille Bonito Oliva, y fijar dentro de ese sistema la importancia del coleccionista: «Hoy en día es el guía del gusto. Lo que era el crítico hace 20 o 30 años. Los coleccionistas marcan las tendencias del mercado y también, en gran medida, las del propio arte».

Ana María Fernández incidió en el lugar que ocupan los coleccionistas y esbozó una distinción entre los distintos tipos, ya que algunos buscan con sus colecciones diferenciarse dentro de un estatus social, caso de los grandes coleccionistas norteamericanos, mientras que otros muchos inician una colección como una inversión.

Fernández también puso el acento en aquellos coleccionistas que simplemente son aficionados al arte y en la relevancia de los pequeños compradores: «No toda la clientela es coleccionista, y quien realmente anima el mercado del arte son los clientes. Además, hay pocos coleccionistas que sean mecenas», sintetizó.

Con respecto a esta doble condición de coleccionista y mecenas, Mariano Navarro aludió a la trayectoria del millonario filipino Fernando Zóbel Soriano (1924-1984), que aglutinó la condición de artista, coleccionista y profesor de la Universidad de Harvard, además de permitir a muchos artistas sobrevivir en la posguerra merced a sus frecuentes adquisiciones. Una práctica que permitió a Zóbel conformar una prestigiosa colección en base a la cual fundó el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.

«Zóbel era un modelo de coleccionista y de mecenas», señaló Navarro, quien vinculó la figura del filipino a la de los grandes mecenas estadounidenses: «No hay un millonario estadounidense que no crea que debe tener un ala en un hospital, una biblioteca y un museo. Y no hay un millonario español que no crea que tiene que tener dos audis y un yate. Pero ninguno cree que debe hacer un museo: lo hizo uno, y era filipino».

Juan Pérez de Ayala ahondó en esta argumentación al fijar una diferencia entre el panorama del coleccionismo español y el de otros países europeos y norteamericanos: «En España ha habido muy pocos coleccionistas, no ha habido tradición», señaló.

Ángel Antonio Rodríguez, por su parte, fue aún más duro al valorar la situación asturiana: «En el ámbito artístico sufrimos el mismo aislamiento social y cultural que en las comunicaciones». Con todo, Rodríguez reivindicó el papel de las galerías, algo que también subrayó Mario Sequeira: «La función de una galería es exponer lo mejor, a tus mejores artistas, porque así también cumplimos con una función didáctica», señaló el galerista.

Asimismo, Palacio abrió otro frente de debate al poner el foco sobre el potencial económico de las obras de arte, y su condición de inversión para buena parte de las élites económica y empresarial: «El arte es un valor seguro, y más en estos tiempos de crisis».

Juan Pérez de Ayala recogió este guante reconociendo esa condición, pero alertando a un tiempo del peligro de estas prácticas: «En una crisis como esta, las subastas tiran el arte por los suelos, y el perjudicado es el artista, que bien es cierto que se ha beneficiado en otras épocas. Pero es que ahora sale obra muy buena con unos precios que dejan el mercado temblando», sostuvo.

Ana María Fernández profundizó en esta tendencia inversora, fijando algunas cifras relevantes: «Ese potencial del arte como inversión es demostrable cuando la inversión bursátil cae. Hay varios estudios que vinculan la caída de las inversiones entre 1992 y 1996 con un momento de auge del mercado del arte. Pero en estos casos hay que tener en cuenta que el mercado suele tender a valores seguros, a los grandes maestros», explicó.

Esta línea del debate derivó en el proyecto de ley de mecenazgo, una promesa del gobierno de España que no acaba de fructificar. «Los beneficios fiscales vinculados al mecenazgo o a la donación de arte en España suponen desgravaciones entre el 25 y el 35 por ciento, mientras que en el resto de Europa se sitúan entre el 50 y el 70 por ciento, y en Estados Unidos llegan al 100 por ciento», desgranó Ana María Fernández, unos datos que Navarro ilustró con una vivencia personal: «Vivo en la Comunidad de Madrid, y hace algún tiempo doné un cuadro de Soledad Sevilla al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Pero no tuve ningún tipo de beneficio porque no es mi comunidad autónoma», relató.

Para Pérez de Ayala, se hace preciso «volver a crear mercado», aunque aprecia una sólida cultura artística en la sociedad española. Algo que, a juicio de Navarro, no alcanza a las élites económicas del país: «Hay un problema gravísimo de incultura de las clases altas de este país». Una circunstancia que considera generalizada al tratarse del arte de nuestros días: «No hay noticiario en el que salga una noticia sobre arte contemporáneo que no sea ridícula».

En todo caso, Navarro se mostró desesperanzado sobre ese eventual cambio legislativo: «No sé cómo congeniar los valores intelectuales en una ley de mecenazgo en un momento en el que el único razonamiento es economicista. Y lo domina todo», concluyó.

«Los coleccionistas marcan las tendencias del mercado y también las del propio arte»

<Alfonso Palacio >

Museo de Bellas Artes

«Las subastas están tirando los precios por los suelos, lo que perjudica al artista»

<Juan Pérez de Ayala >

Historiador del Arte

«En épocas de crisis, el mercado del arte suele tender a los grandes maestros»

<Ana María Fernández >

Universidad de Oviedo

«Asturias sufre en el ámbito artístico un aislamiento como el de las comunicaciones»

<Ángel Antonio Rodríguez >

Crítico de arte

«No hay un millonario español que crea que tiene que hacer un museo»

<Mariano Navarro >

Comisario de exposiciones

«La función de la galería es exponer lo mejor, a tus mejores artistas»

<Mario Sequeira >

Galerista