El verano se teñirá un año más de color negro en Carreño. Sin apenas tiempo para reaccionar del duro golpe que el vertido de fuel de la central térmica de Aboño, hace hoy once meses, propinó al sector turístico del concejo, una nueva temporada estival se avecina y no por ello con mejores previsiones. Los empresarios locales auguran unas tasas de ocupación similares al año pasado, pero con más pérdidas al tener que rebajarse lo precios. Y es que en 2012 fue la fuga de HC Energía la que arruinó las reservas a los propietarios de hoteles y pisos de alquiler y éste serán, según dicen, los argayos. Y todo ello unido, por si fuera poco, al mal tiempo, a la crisis y a las ruinas de la ciudad de vacaciones de Perlora.

Ante esta situación, ¿cómo se presenta el verano? «Bastante regular. Hay muy pocas reservas. Lo hacen todo corriendo y en el último momento. Ya en Semana Santa tuvimos que rebajar los precios ante la escasas solicitudes que teníamos. Al final llegamos al 85% de ocupación, pero a base de ofrecer tarifas de temporada baja y ofertas de 39 euros la doble», asegura María Fernández, del hotel Piedra, en Perlora, que recuerda las más de treinta cancelaciones que hubo en 2012 con el vertido de fuel en las playas del concejo. Su vecino Moisés Prendes, gerente del hotel El Carmen, también en Perlora, incide en el problema de la salida de las aguas fecales al mar y del estado en el que se encuentra la ciudad de vacaciones. «Da asco. Está todo patas arriba en el concejo y la gente acaba hartándose», señala. Este empresario asegura que no ha recibido cancelaciones ni quejas porque, simplemente, «no hay reservas. Tenemos un 15% de ocupación para los próximos meses», sostiene. Eso sí, «esperamos registrar los datos del año pasado, porque últimamente va todo muy lento, tardan mucho más en solicitar habitaciones. Lo normal es hacerlo una o dos semanas antes de la fecha requerida», matiza.

En Candás también andan flojos de reservas a pesar de que el verano ya está a la vuelta de la esquina. «Ahora mismo julio es lo que destaca con un 30% de ocupación, pero es que la gente reserva a última hora. Incluso si pueden hasta en el mismo día», apunta Alba Fernández, del hotel Puerto. La misma tónica se repite en el hotel Celiusma Marsol, por ahora con tan sólo solicitudes sustanciosas para junio. «Tenemos un 50%, pero porque hay eventos deportivos y culturales en zonas próximas a Candás», comenta el gerente Manuel Ramírez.

Pero aún peor parados salen las inmobiliarias y los propietarios de pisos de alquiler en la villa marinera, con tan sólo un 10% de reservas cerradas. «El año pasado perdimos entre veinte y treinta viviendas por el vertido de Aboño y este año seguiremos en esa línea», explica Patricia Martínez, de MB Gestión Inmobiliaria. Incluso «ya hemos llamado a clientes y nos han dicho que no alquilaban en Candás, porque desde la mancha de fuel de 2012 han optado por otros destinos como Luanco, Ribadesella o Llanes para pasar sus vacaciones», concreta. Y todo ello repercute inevitablemente en malas previsiones. «Tengo miedo de que sólo logremos alquilar agosto», se teme.

Tanto es así que ya hay alrededor de 12 propietarios de viviendas, según datos facilitados por la inmobiliaria candasina, que ya han cambiado de política y han pasado a los alquileres anuales en vez de estivales. «No les compensa, porque el cliente cada vez pide precios más bajos y ya estamos hablando de tarifas de hace quince años de entre 900 y 1.400 euros al mes tratándose de pisos bastante nuevos», argumenta Martínez, que recuerda que la situación se está volviendo insostenible, ya que llegará un momento en que al turista de verano sólo se le podrá ofertar las viviendas más viejas.

Los hoteleros también están que tiran los precios por la ventana. El hotel Puerto, de Candás, ofrece una doble con vistas al mar desde 45 euros cuando "lo normal hace unos años era 60», tal y como señala Alba Fernández. El Marsol propone dobles de 80 euros en julio y de 130 en agosto pero, como todo, «puede cambiar, ya que depende de cómo vayamos de ocupación», precisa Manuel Ramírez. Lo mismo que puede pasar en El Carmen o el Piedra, de Perlora. «En agosto la doble está a 98 euros, pero ya el año pasado no vendimos ninguna a este precio. Todas fueron a tarifa de julio, de 70 euros. Así que si este verano conseguimos al menos eso ya damos gracias», señala María Fernández. Pero las tarifas no son el único problema en estos momentos, fruto de la crisis económica, también están las estancias medias de los clientes, que en la mayoría de los casos no superan la semana. «Suelen ser tres o cuatro días», valora Manuel Martínez. Con respecto al perfil del turista en el concejo, lo normal es que sea nacional y procedente de Madrid, Castilla y León y, últimamente, también del País Vasco.

Los desprendimientos que el 17 de marzo dejaron inutilizada la senda del Tranqueru, en Perlora, y obligaron al cierre del paseo marítimo de Candás (en la imagen) están afectando al sector turístico. Sobre todo, a los alquileres de pisos. Patricia Martínez, de una inmobiliaria candasina, asegura que algunos de sus clientes se niegan a volver a Carreño por el cierre del paseo. El Ayuntamiento ya ha advertido de que no lo abrirá hasta que no tenga garantías de seguridad, informa M. G. SALAS.