Después de muchos meses con el traje de mahón y el de sardinera guardados en el fondo del armario, ayer Candás volvió a desempolvar su atuendo festivo para celebrar San Antonio por todo lo alto. Pero hubo de hacerlo sin capilla (desmontada por el riesgo de derrumbe que representaban los frecuentes argayos en los acantilados) e incluso sin santo, que tuvo que conformarse este año con contemplar a sus feligreses desde la iglesia parroquial de San Félix.

Los vecinos, pese a todo, se concentraron en el prao Gervasia, e intentaron combatir el frío con bollos preñaos y culinos de sidra. Sin olvidar, por su puesto, y por tercer año consecutivo, la reivindicación de que se reconstruya su capilla.

«Me parece fatal que todavía no se haya instalado. Hay dinero para todo menos para la capilla», señaló Gabriela Argüelles. Y este año, encima, «no hubo misa. La trasladaron a la iglesia y eso quita gente. Ya no hay una ofrenda, no hay devoción...», lamentaron Carmen Parajón e Isabel Rodríguez. Así las cosas, «no creo que volvamos a ver la capilla», opinó Marcos Regueral.

Aún así, los candasinos que se aproximaron ayer hasta San Antonio vivieron con entusiasmo la primera romería del maratón folixero que prepara el concejo para los próximos meses. Pero, eso sí, fueron menos y aparecieron más tarde de lo habitual. Y es que, después del aguacero que cayó sobre Carreño por la mañana, algunos vecinos se lo pensaron más de dos veces antes de salir de casa con el pañuelo de mahón atado al cuello. Incluso el Club Atlético Ocle, encargado de organizar la fiesta, barajó la posibilidad de trasladarla al sábado. «El agua ahuyentó a la gente y, además, hace mucho frío», dijo Gabriela Argüelles. Quizá esas gotas de la mañana fuesen lágrimas de San Antonio por no poder estar en su casa.

No obstante, la festividad cumplió con su programa habitual. A la jira en el prao Gervasia, a partir de las cinco y media de la tarde, le siguieron, después, la tradicional subasta del ramo y la actuación del grupo de baile «San Félix», que, junto a la danza prima de la peña «El Nodo», pusieron la nota musical a la jornada. Aunque sin capilla y con lluvia, Candás tuvo su fiesta.