Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Gorgonias, meros, invertebrados y un submarino desactivador de bombas. Éstas son algunas de las curiosidades que los submarinistas del club de actividades subacuáticas «El Delfín» de Candás se encontraron en su reciente visita a las profundidades frente a la Costa Azul francesa. La más espectacular de ella, claro, la del submarino francés hundido, «Le Rubis», que les hizo tener que descender a casi 45 metros de profundidad.

La actividad del club no para y hoy comienzan las novenas jornadas de ecología marina, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA. Unas jornadas en las que este año se prestará especial atención a la vida que albergan las costas españolas, con charlas y excursiones orientadas a facilitar a los aficionados una pautas para mirar de otro modo hacia ese lugar donde termina la tierra y empieza el mar.

La primera de las disertaciones versará sobre las algas marinas, primero en su modo más general, pero también la forma en que se realizan sus cultivos y su uso. La encargada de la ponencia es Eva María Llera González, Jefa de departamento de algas del Centro de experimentación pesquera de la Dirección General de Pesca Marítima. Será a las ocho de esta tarde en el salón de actos del centro «La Baragaña». Mañana será el turno de los invertebrados: centollos, navajas y «otros bichos de las costas asturianas», una hora antes, a las siete, y en el mismo lugar, con el biólogo e investigador independiente Fernando Ángel Fernández Álvarez. El teatro Prendes acogerá además la proyección de la película «The end of the line», a las 20:30 horas.

Ya el sábado se realizará una visita a la playa perlorina de Huelgues, donde se podrá contemplar la diversidad natural que alberga y cómo florecen en ella los organismos. Contará de guía de la bióloga Elisa González Bande.

Una actividad para todas las edades, que comenzará a las nueve y media de la mañana en el arenal de Perlora.

Los integrantes del club «El Delfín» no paran estos días, de gran actividad. Acaban de regresar de su salida anual, que en esta ocasión se ha realizado a la Costa Azul.

«Realizamos siete inmersiones en total, todas entre las cotas de 25 a 45 metros, con temperaturas bajas, que en la superficie eran de 15 grados por la borrasca que azotó Europa», relata Marcelino Ramos, del club.

Las salidas de los submarinistas candasinos siempre tienen algo de aventura y en esta ocasión la encontraron en un submarino francés varado a diez millas de la costa. Y, tras regresar del abismo, ahora se proponen poner en valor lo que hay un poco más arriba.

«Lo más espectacular fue la visita al submarino "Le Rubis", de la marina francesa, una inmersión muy técnica, a diez millas de la costa», reseña el buceador del Club de actividades subacuáticas de Candás, «El Delfín», Marcelino Ramos, sobre la reciente visita a la costa azul de Francia. «El submarino está entero, con la proa hacia arriba, como si estuviera saludando, pero a una profundidad a la que apenas llega la luz», explica. La inmersión hasta este pecio no fue nada sencilla. «A una cota de profundidad de 45 metros, la descompresión te llega con facilidad, así que empleamos botellas de 18 litros y subimos de regreso a 9 metros por minuto», relata. «A esa profundidad tienes que vigilar el comportamiento, debido a la narcosis, y hay que preparar bien el organismo», añade. Aunque todo merece la pena por contemplar un submarino hundido en los años cincuenta y que el mar guarda como un tesoro, sólo apto para buceadores atrevidos, como los de Candás. En la foto, Ramos junto al pecio.