Mar Bravo y Abel Ruiz recogían ayer con desparpajo el carrete de su caña para obtener su tesoro: una chopa. «¡Qué bien, qué bien, ya pesqué mi primer pescado!», exclamaba ilusionado el pequeño Ruiz, de 9 años. Mientras unos saltaban de alegría, otros seguían esperando con paciencia a que su caña comenzase a temblar. «Me lo dijo mi tío, con el que salgo a veces a pescar, que cuando sienta movimiento mire a ver si algún pez picó el anzuelo. Pero hoy sólo hay viento...», lamentaba Simón Fernández. Su compañero Nel Ramos, con menos suerte aún, sólo había alcanzado a capturar «unas cuantas algas». No obstante, lejos de perder la ilusión, más de veinte niños participaron ayer en el puerto candasín en el V Taller de pesca que organiza cada año el Ayuntamiento de Carreño por medio de la Oficina de Información Juvenil, con el próposito de aprender, pero, sobre todo, de conseguir el mayor premio: pasárselo bien. Más aún cuando para muchos era su bautismo como pescadores.

«Es la primera vez que vengo y me está gustando mucho, aunque todavía no conseguí capturar ningún pez», afirmó Lucía Herrera. También David Canga se estrenó ayer en este deporte. Otros ya habían participado más años en el cursillo o bien salen a pescar a menudo con su familia, como Mónica Montes y David Coalla, quien manifestó que lo que más le gusta de esta actividad es «pasar un buen rato con mis amigos».

El taller, que comenzó ayer con dos sesiones y que está dirigido a pequeños de entre 6 y 12 años, volverá a desarrollarse el próximo viernes, así como los días 1, 5, 8 y 12 de julio.

«El objetivo es que los niños aprendan a utilizar el equipo, poner los cebos, conocer las diferentes artes de pesca y respetar a los peces pequeños», expresó el monitor de la actividad, Francisco Cantero.