«En Bimenes continuaremos luchando por nuestra llingua. Nosotros nos criamos con ella y si bien es verdad que no supimos defenderla en su momento, ahora vamos a poner todos los medios para recuperarla». Quienes pronuncian estas palabras son Pachí Vigó y Manuel José Vega, vecinos «de toda la vida» de Martimporra que, conscientes de la situación de debilidad que vive hoy su cultura, salieron ayer a la calle para reivindicar, junto a una multitud, «lo suyo, lo de su concejo y lo de su región: el bable». Y es que desde que un 5 de junio de 1997 el pleno municipal aprobase la declaración de oficialidad del asturiano, Bimenes se ha convertido en el más firme defensor de la cultura asturiana con la celebración de la XVII Fiesta de la Oficialidá.

A golpe de pandereta y de ritmos gaiteros, todo el pueblo se concentró en la plaza del Ayuntamiento para asistir a la celebración de una misa, que fue oficiada en asturiano por el párroco José Manuel García de Jesús, y al acto institucional con la lectura del pregón.

Pero antes de que el escritor y periodista maliayés Lluis Portal Hevia pronunciase su discurso más reivindicativo, el alcalde de Bimenes, Alejandro Canteli, tuvo también palabras de protesta: «Nuestra lengua está viviendo momentos difíciles. Tiene cada vez menos seguidores y un escaso apoyo institucional, por lo que está en permanente riesgo de desaparición. Además, la crisis le está afectando especialmente, ya que en tiempos de dificultades económicas la cultura y las políticas lingüísticas inclusive pasan al último lugar de la lista de prioridades de los poderes públicos», manifestó. Prueba de ello, subrayó, es la ausencia «de subvenciones que tenemos para llevar a cabo una normalización social del asturiano».

En la misma línea, Lluis Portal se mostró especialmente crítico con el Gobierno regional y se limitó a recordar a ilustres, como Jovellanos, que lucharon en el pasado por la preservación de «una lengua aún más antigua que el propio castellano» que bien podría concebirse como el «padre» del español. Con todo ello, «Asturias tiene más derecho que nadie a llamarse nación», concluyó el pregón para dar paso, a continuación, a la danza de la oficialidá, en la que participaron los grupos folclóricos «Los Yerbatos» y «La Flor del Pumar». Finalmente, la folixa se desplazó al polideportivo del colegio de Martimporra, donde continuó la música y el baile con gastronomía.