La piscina cubierta de San Julián, en Bimenes, cuyas obras llevan paralizadas desde agosto del año pasado, se está convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza para el equipo de gobierno local. Lo que iba a ser un gran proyecto deportivo ha quedado reducido a un gran fracaso. Y todo porque, según explican, el Principado ha incumplido los plazos de entrega de las ayudas para financiar la obra con cargo a los Fondos Mineros. Pero el Ayuntamiento yerbato va más allá y anuncia que este mes interpondrá una demanda contra el gobierno autonómico por entender que ha eludido el convenio firmado entre ambas partes por el que el concejo debía recibir una subvención de 1.805.275 euros, ahora retirada. «Ya está en proceso y tenemos fe en que podremos ganar el juicio porque es algo que nos deben. Si es que no había dinero, entonces deberían habernos avisado antes y así no hubiéramos adjudicado la obra», expresa el acalde de Bimenes, Alejandro Canteli.

Sin embargo, la realidad es muy distinta. La empresa constructora Paraxe llegó a ejecutar unos trabajos que supusieron unos 400.000 euros. Pero el problema es todavía más peliagudo, ya que el Principado, tal y como asegura Canteli, no sólo retira la subvención, sino que, además, exige la devolución de los 180.000 euros adelantados para la redacción del proyecto por no haberse finalizado las obras en noviembre de 2012, como establecía el convenio. Fue justamente esta petición la que le llevó al Alcalde de Bimenes a solicitar una reunión con la consejera de Deportes, Ana González, para explicarle que «la piscina no se concluyó dentro del plazo fijado porque no había financiación pública». En el encuentro, el pasado 7 de junio, la Consejera le aclaró a Canteli que estaban «obligados a reclamar el dinero» por cuestiones legales. Por otra parte, según señalan fuentes de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, quien debe dinero a Bimenes no es el Principado, sino la Administración central, a la que ya se le ha reclamado el abono. Canteli sostiene que «este Ayuntamiento debe dirigirse al Gobierno regional, que es al que le compete pedir ese dinero».

Así las cosas, Bimenes se encuentra ahora entre la espada y la pared, y no sólo porque ya no tenga ayudas para finalizar las obras, sino porque el objetivo con el que nació -para atender el concejo, así como los de Sariego y Nava- se ha desmoronado, al disponer esta última de piscina climatizada. «Eso fue un error porque el proyecto de Bimenes estaba presentado antes que el de Nava y el Gobierno permitió que se llevase a cabo», denuncia Canteli. De esta forma, si se llegase a concluir la piscina de San Julián, los beneficios no serían los mismos. «Sólo podríamos abrir en verano», señala. Por ello, abre las puertas a otras alternativas. «Si el Principado nos dijese que hay que darle otro uso a la estructura no creo que hubiese ningún problema», añade. De hecho, ya se solicitó en su día, sin éxito, poder emplear la subvención en el polígono industrial.