Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El edificio del Náutico, en el muelle de Candás, iba para restaurante. Cuando se construyó se imaginaron una gran estancia para los comensales, con cocina, baños y unos grandes ventanales desde los que se observa todo el puerto candasín y las playas de la villa. Pero, al final, se ha quedado en oficina.

Hace unos meses se hablaba de convertir el flamante edificio, financiado con los fondos estatales para el empleo y la sostenibilidad local, por un precio de 558.735 euros -posteriormente necesitó una obra complementaria para estabilizar el talud posterior, por valor de 88.000 euros-, en un centro de coordinación y vigilancia de embarcaciones deportivas. Pero el Principado no ha dado paso alguno para hacerlo realidad, y al Ayuntamiento se le ha agotado la paciencia. De hecho, el Consistorio ya le ha dado las llaves del edificio al club de pesca deportiva Cuatro Vientos. En los últimos días, aquella planta que iba para restaurante se ha llenado de mesas y ordenadores, desde los cuales la asociación podrá gestionar mejor que desde el polivalente (donde tiene su sede oficial) los cursos que imparte durante el verano, así como el alquiler de los amarres.

El cambio de destino del edificio no ha gustado a todos, aunque ya desde las primeras noticias que hablaban del centro de coordinación se presumía el golpe de timón que sufriría la instalación. Dicho de otro modo, hacer una oficina imposibilitaría la creación de un restaurante en las estancias superiores, algo que se daba por seguro, ya que con ese objetivo fueron diseñadas, incluyendo una cocina y un gran salón. Las otras dependencias que se contemplaban inicialmente incluían un almacén y una estación meteorológica, que aún así podría ser conservada con el nuevo rumbo que se plantea para el centro.

«No sabemos por qué, si el edificio fue rehabilitado para que en su piso superior haya un negocio de hostelería que se encargue de la financiación de la estación náutica del bajo, finalmente se ha decidido convertir en una oficina lo que ha tenido un coste de casi 600.000 euros», lamentó ayer el portavoz del PP, José Ramón Fernández, la voz más crítica con la nueva deriva del Náutico «Amando Prendes». Y añade que «quien queda absolutamente orillado y engañado es el Club Náutico Carreño, que aceptó abandonar el edificio con ciertas condiciones, que no incluían que el nuevo edificio sería para uso y disfrute de otro club privado».