Perlora ha vuelto a brillar por sus fiestas. Después de dos años de incesante lluvia, buscando cobijo en la carpa del aparcamiento de Perán, donde se desarrolla la festividad, el sol ha vuelto a instalarse en la parroquia regalando dosis de energía, que para la comisión de festejos se traducen en más ventas. Y eso teniendo en cuenta que Perlora siempre arrasa con sus costillas, pero este año más. O eso es, al menos, lo que se desprende de las cifras registradas el viernes, con «casi 1.000 kilos de carne y 300 botellas de sidra vendidas», según Pedro Caballero, viceperesidente de la Comisión de festejos. Todo un éxito para una parroquia a la que, año tras año, asisten cientos de personas dispuestas a desgañitarse en el prao ante el incesante ritmo de las orquestas.

Pero ayer, en Perlora, aparte de la música y la comida, los protagonistas fueron los deportes autóctonos, en los que participaron los grupos «Los Amigos» (Cantabria), «Los Casacas» (Cudillero) y el de Perlora. Todos ellos ofrecieron una exhibición de lo más entretenida, con pruebas de corta con hachu y tronzón, corta vertical y carrera de lecheras, entre otras, con el objetivo de acercar al público una práctica que cada vez pierde más adeptos. «Hace años, aquí había más de siete equipos, pero esto cada vez va a menos... No hay liga y los jóvenes no muestran interés», apuntó Toño Bueno, del equipo perlorín. Aún así, ello no restó ayer color a Perlora, que también celebró un concurso de repostería.

Así las cosas, en la parroquia todo está saliendo a pedir de boca. Todo menos la orquesta «Assia» del viernes, que, tras un problema técnico, dejó al concejo sin sus canciones, pero no sin música, ya que el grupo «Ismael» estuvo sobre el escenario para llenar de melodías Carreño, al igual que ayer «Gran Atlanta» y «Dominó».