-¿Cuántos años tiene?

-¡Puf! Muchos... Nací en el año 1913, así que fíjese. Tengo 99 y el 7 de diciembre cumplo los 100.

Luisa Huerta no oculta su edad. Todo lo contrario, presume de ella, sentada bajo una sombrilla. Está esperando, con paciencia, su momento, ese que considera «el más grande» del año. Y es que su pueblo, Villanueva, en Grado, le rinde homenaje, con motivo de la festividad de Nuestra Señora de las Nieves. Pero lo cierto es que no sólo se agasaja a esta vecina, sino a todos los abuelos de la parroquia, que con sus relatos se convierten en guardianes de tradiciones y consiguen que la memoria de un municipio nunca llegue a perderse.

Así, ayer, en Villanueva, reinaron las historias, pero, más si cabe, las sonrisas. Todas ellas fueron de los ocho mayores que recibieron con gran emoción el calor de sus vecinos. «Es una cosa muy guapa para nosotros y que me gustaría poder vivir muchos años más», comenta Araceli Castañón, de 86 años. Y a juzgar por el aspecto físico y el desparpajo con el que hablan algunos, seguro que sí. Aunque muchos ya lo pongan en duda. «Ojalá que todos sigamos cumpliendo años, pero en mi caso, muchos ya no serán», dice Luisa Huerta, sin perder la sonrisa ni, por supuesto, las ganas de fiesta. Desde que era una cría ya asistía a la romería y esta vez no iba a ser menos, al igual que para Carlos López. Este vecino de 80 años, que recogió ayer el galardón en manos de su «moza», Onelia Huerta, conoció el amor, precisamente, en las fiestas de Nuestras Señora de las Nieves. «Me quedé prendado de ella y ya llevamos casados 57 años», comenta, a punto de sumarse a la comilona que ayer consiguió reunir en Villanueva a unos 200 vecinos en torno a un menú de costillas y paella. «Está siempre buenísima», afirmó José María Huerta. Previamente, se celebró una misa y se salió en procesión por el pueblo con la imagen.