El Teatro Prendes fue el sábado por la noche sede del mejor teatro costumbrista, pero también el escenario elegido para saborear los más exquisitos centollos del Cantábrico. La compañía «Teatro Kumen», de Langreo, estrenó en Candás la obra de José Neira «L`apuesta los centollos», llena de guiños a Candás y al escenario sobre el que actuaron. Después de varios años sin dejarse ver por la villa marinera, la agrupación regresó al Salón de teatro costumbrista asturiano, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA, para demostrar su talento sobre las tablas así como capacidad para hacer calar entre los asistentes mensajes de apoyo a la cultura asturiana.

Aparte de una buena interpretación, sobre todo por parte de José Manuel González, que encarnó a «Pepón», uno de los protagonistas de la historia, el espectáculo del sábado destacó por su original argumento. De hecho, en 2012, esta obra se llevó el premio al mejor texto teatral «Aurora Sánchez».

Pero más aún, «Teatro Kumen» brilló por su original puesta en escena. Llevó a Candás una función cuyo desarrollo fue de lo más innovador con interrupciones inesperadas de Lucifer, que pidió en varios momentos la intervención del público para que decidiese si la función debía continuar o no, así como curiosas simbiosis en la representación. En este sentido, sorprendió el momento en el que la retransmisión por radio de la apuesta se fusionó con el directo en el Teatro Prendes.

La obra cuenta la historia de cómo el empresario más rico del pueblo desafía a un vecino a diferenciar con los ojos vendados los centollos asturianos de los «foriatus», es decir, de fuera. Una apuesta que acaba teniendo una gran repercusión mediática y que acabará hasta saliendo en la portada de LA NUEVA ESPAÑA. Al final, el apostante abandona la jugada, pero no sin antes declarar su amor a una vecina, apoyar la candidatura de Candás al premio «Pueblo Ejemplar» y hacer ver al público que debe defender su cultura a capa y espada. Porque «si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va hacer?», como bien dijo el personaje «Paco Xenara».