Como sucede habitualmente con la llegada del otoño, la entrada de nuevos vientos y mareas, y la menor presencia de bañistas, la playa de Palmera, en Candás, amaneció ayer cubierta de negro (en la foto), visible también en el agua. Se trata de carbón de los parques de Aboño, que al estar sin cubrir facilita que el viento lo traslade al agua y, con la marea a las orillas, informa B.F.