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Carreño

Voces unidas para cantar a las raíces

Coros de Candás y de Luanco se juntan para homenajear a las mujeres que trabajaron en las fábricas de la conserva y preparan otras actividades conjuntas

De izquierda a derecha, arriba, Chema Muñiz, César Pérez y Cuco Fernández; abajo, José Antonio González, Tito Aramendi y José Ramón González. Braulio Fernández

En el momento más oportuno, cuando la Mancomunidad de Peñas entre Carreño y Gozón vive sus horas más bajas, un grupo de voces masculinas de los dos concejos ha encontrado un homenaje común que hacer a las mujeres que empeñaron su vida en las fábricas de conserva de Candás y Luanco durante todo el siglo pasado. Pero sobre todo, han encontrado aquello que sirvió para fundar aquella Mancomunidad: "Es más lo que nos une", dicen los fundadores de este nuevo entente, que han dado en llamar la mancomunidad de la bodega.

Su objetivo, emplear la música para ensalzar la historia, las raíces. "La idea de la mancomunidad de la bodega surge por nuestro interés en revalorizar nuestras raíces, la mar y las bodegas, las fábricas de pescado", explica uno de los fundadores, el candasín José Ramón González. Son tres las entidades que se han unido para dar forma al proyecto: "Canciones de la Bodega Asociación cultural de Candás", "Candás marinero" y la luanquina "Avante".

De su interés surgirá, en primer lugar, un encuentro el próximo 28 de diciembre en el que se rendirá homenaje a las trabajadoras de las fábricas de conserva de Candás y Luanco. Primero con una misa y después con un "rancho marinero", en el que los organizadores esperan que las mujeres se "arranquen" con las canciones que ya cantaban cuando trabajaban. Todo ello en Luanco, porque de tarde cruzarán el río Pielgo que separa Carreño y Gozón para ir a cantar al Prendes candasín, donde acudirán el Coro de la bodega local, el Coro popular de Luanco, y las voces estelares de Pipo Prendes y el tenor lírico del Liceo de Barcelona, candasín también, José Antonio Medina.

Uno de los fundadores de la idea, el luanquín Cuco Fernández, es quién recuerda que este tipo de actos "evidencia que es más lo que nos une que lo que nos separa a los de Candás y Luanco". Aun reconociendo que "tenemos la piquilla, y que no nos falte, pero la evidencia es la suma, y este entramado cultural que ahora creamos es prueba de ello".

Los organizadores de esta mancomunidad bodeguera estiman que hay entre Candás y Luanco cuatro centenares de mujeres que trabajaron en la profesión conservera, y esperan reunirlas a todas. Pero van más allá, y no solo quieren seguir en años venideros, sino "hacer más cosas, este es el punto de partida", dice Fernández.

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