"Es una plaga; la peor que puede haber". Con esta rotundidad se expresó ayer Aladino Rato Nicieza, ganadero de Varé, en la parroquia sierense de Anes, tras comprobar que una de sus principales fincas ha sufrido nuevos daños por el jabalí. "Cualquier otro daño es menor; si tienes plantado maíz y hay una plaga, al año siguiente plantas otra cosa, o si el lobo te mata un par de terneros, sólo pierdes eso; pero el jabalí es distinto, acaba con todo y lo hace una y otra vez, no puedes plantar nada ni tener pastos; estamos desesperados".

En la parroquia de Anes están cada vez más preocupados. Incluso temen que, al contrario de lo que se esperaba, la apertura de los cotos de caza de Villaviciosa empeore las cosas. "Esta no es una zona de caza, y los jabalíes, si comienzan a cazarlos allí, seguramente vendrán hasta aquí, donde están más tranquilos", opina Rato. En consecuencia, cree que cada vez habrá más.

Los daños en su finca, visibles ya desde la entrada, son considerables. Los jabalíes han hozado en la mayor parte de los terrenos, levantando la tierra y, además, dejando sus excrementos. Esto es muy dañino porque ocurre que, al levantar la tierra, es imposible pasar las máquinas para segar, y, en cualquier caso, si se pudiera segar, el pasto se mezclaría con los desechos de los jabalíes y se estropea. Y por otra parte, ni vacas ni ovejas prueban una brizna de hierba por la que hayan pasado los jabalíes. Sólo comen de estos pastos los caballos.

Él no es el único en la zona que sufre los destrozos de estos animales. "Está todo el mundo igual, aquí entran en todas partes", asegura Aladino Rato. Hartos de esta situación, los ganaderos ya han formalizado ya la Asociación de Ganaderos de Siero y Límites, con la que tienen intención de luchar por mejorar sus condiciones. Actualmente tiene 38 miembros registrados, todos ellos afectados por los destrozos. Aladino Rato Nicieza forma parte de la directiva.

La asociación tiene dos frentes abiertos. El primero de ellos es el de las indemnizaciones. Todos los afectados, sin excepción, consideran que lo que se les paga cada vez que el jabalí ataca sus fincas es poca cantidad teniendo en cuenta el daño que hacen a su trabajo. Por eso, están tratando de hacer una valoración real de los daños, a través de un perito, para pedir una indemnización razonable a la administración.

La otra cuestión que les afecta es el control de la población de jabalíes en la zona. En opinión de Rato, uno de los problemas está en la restricción de la caza. Tratándose de animales con tanta población, como se demuestra con la invasión de fincas por toda la zona rural del norte del concejo, cree que se debería permitir poco menos que la caza libre. "Se habla de que faltan alimentos, y sobran para dar de comer a mucha gente; podría buscarse una fórmula para dar la carne a la cocina económica o cualquier otra institución", opina.

En cualquier caso, piden a la Administración que tome medidas para acabar con esta plaga, porque pone en peligro la supervivencia en el campo. "Quieren que la gente vuelva al campo y no se dan cuenta de que los que ya estamos no podemos con ello", concluye.