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Lectores del futuro en Candás

Los niños del concejo se acercan al mundo de los cuentos gracias a las actividades que desarrolla la biblioteca municipal durante el curso

Por la izquierda, los niños María Parra, Salma Aparicio, Nikolay Ejarque, Martina Méndez, Alexey Ejarque, Julia García, Alba Mori, Mario López, Marco López, Alba Piñón, Enol Rodríguez y Mateo Artime. Todos ellos ayer en la biblioteca municipal, junto a las profesoras Adriana Martín y Olaya Martínez. Mónica G. Salas

Las puertas de la biblioteca municipal "González Posada" de Candás se abren todas las tardes de par en par para recibir a los niños del concejo, a la espera de que estos pequeños lectores se zambullan en el mundo de los cuentos. En estos días, además, lo hacen con cierto toque navideño con la narración de "Cuando a Matías le entran ganas de hacer pis en la noche de Reyes". Una divertida historia que consiguió ayer arrancar las carcajadas de los más pequeños, pero, sobre todo, despertar su interés por la lectura, que es precisamente el objetivo con el que cada semana Carmen Dinten, junto a las candasinas Adriana Martín y Olaya Martínez, imparte el taller "La hora del cuento", dirigido a niños de entre tres y nueve años.

"Lo que pretendemos es que se enganchen a la lectura y que conozcan también la biblioteca", apunta Dinten. Y parece que por el momento lo están consiguiendo. Porque a los pequeños les "mola" eso de ojear cuentos. Como ayer hicieron, muy concentradas, sin casi pronunciar palabra, María Parra y Salma Aparicio con el libro "Así es mi día". Lo mismo que Alba Piñón, pero en su caso con uno llamado "Laura y la tripita de mamá".

Enol Rodríguez, en cambio, optó más por hablar que por leer. Quizás porque ya tiene muchos cuentos en casa. "Tengo una colección así de grande", explicó, separando mucho los brazos. "Mi preferido es uno de vikingos, pero no me acuerdo muy bien como se llama", añadió.

Y mientras que unos pasaron las páginas de los cuentos, otros aportaron su granito de arena para la elaboración de un mural de otoño. Julia García y Alba Mori fueron algunas de las pequeñas que se esmeraron en pegar las setas. "Aparte de leerles un cuento y hablar sobre él, siempre hacemos juegos o actividades complementarias, relacionadas con la lectura", explica Olaya Martínez. Incluso, ponen películas y cantan, pero sin olvidarse nunca de llevar a casa una historia.

Esta actividad, que se lleva desarrollando ya desde hace años, cada vez goza de una mayor aceptación. De hecho, este curso se completaron las plazas en tiempo récord. Los afortunados, esta vez han sido cerca cincuenta futuros lectores.

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