A pesar del gran potencial que tiene el cultivo de castaños en Asturias, en donde que se encuentra una cuarta parte de los ejemplares del país, el consumo del fruto autóctono es muy escaso. La mayor parte de las castañas llegan de otras comunidades. La razón es que en Asturias, la región con más castaños, muchos de los árboles están afectados por la enfermedad del chancro.

Así y todo, muchos asturianos buscan en la plantación de castaños y avellanos una posible salida laboral. Por ello, la Escuela de Ganadería, en Villaviciosa, concluyó ayer unas jornadas dedicadas a estos cultivos, en las que los alumnos han tratado de encontrar respuestas para combatir las principales enfermedades de la planta y conocer aspectos técnicos de su cultivo o su comercialización.

Juanjo Canteli es de Laviana y tiene "muchos castaños sin explotar y parte enfermos". En este momento quiere rentabilizar la madera, pero también está afectada, por lo que su interés en el mencionado curso era "saber cómo se curan las enfermedades". Su paisano Roberto Rubio igualmente persigue sacar provecho de estos cultivos: "tengo ganas de poner dos buenos castañales para recoger las castañas". Cree que es un sector que "tiene que tener mucha salida porque vienen muchas de Zamora o El Bierzo (León)". Sostiene que puede ser una actividad rentable aunque ve necesario "renovar los cultivos". Recuerda que hace años Asturias exportaba frutos y en el caso de las avellanas, "en grandes cantidades a Inglaterra".

Adela Fernández, que también asistió al curso, regenta un vivero en Candamo y tiene claro que estas plantaciones son "una alternativa al campo. "Tenemos gran demananda y no hay tanto castaño asturiano como se quiere plantar", afirma. Los hermanos Luis Alfredo y José Félix Sánchez García, de Piedras Blancas, coinciden en que puede ser "una salida" en el campo. En Villaviciosa buscaban conocer la inversión que requiere una plantación y el tiempo necesario para obtener un beneficio.

Ana González, responsable del programa de patología vegetal del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Alimentario (Serida), les explicó que el gran enemigo del castaño es el chancro, que afecta a numerosos árboles en Asturias, sólo se salvan algunos concejos del Occidente. "Es una especie de cáncer en el tronco", describe.