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Carreño

Guerra a los gatos en las aulas

La dirección del colegio Poeta Antón de Candás reclama medidas para frenar la creciente colonia de animales que se ha instalado en el exterior del edificio

Benigno Expósito, ayer, señalando las marcas que dejaron los vómitos de los gatos en la entrada al colegio. Mónica G. Salas

La comunidad educativa del colegio Poeta Antón de Candás está desesperada. El número de gatos callejeros que se cuelan en sus instalaciones y llenan de suciedad los patios exteriores no ha parado de crecer desde el verano pasado, según denuncia el director del centro, Benigno Expósito. Fruto de esta situación, cada mañana, el colegio se despierta plagado de excrementos y vómitos, que ya han generado quejas por parte de los padres del alumnado, quienes aseguran que se enfrentan a un problema de salud pública. "Nos dejan todos los días sus heces y hay veces que nos cuesta quitarlas; quedan las marcas. Además, no sabemos si los gatos están bien o por el contrario, presentan algún tipo de enfermedad. De hecho, todavía vimos el otro día a dos de ellos con poco pelo y manchas en la cabeza", expresa Expósito.

Por ello, la dirección del colegio acordó en su última reunión enviar al Servicio de Riesgos Ambientales y Alimentarios de la Consejería de Sanidad así como al Ayuntamiento de Carreño una carta pidiendo una solución al respecto. "Entre todos tenemos que encontrar una medida para alejar a los animales de esta zona, porque lo que no podemos es estar todas las mañanas limpiando sus excrementos cuando hay niños que las pueden pisar o tocar", manifiesta el director del colegio. En este sentido, Expósito opina también que sería necesaria la colaboración de la nueva asociación candasina "SOS Mascotas Asturias", la cual colabora proporcionando alimentos o productos sanitarios a aquellas familias carreñenses con mascotas, que debido a las dificultades económicas no puedan prestarle una atención básica a sus animales. En esa colaboración también entra la ayuda a las colonias de gatos candasinos.

Estas colonias siempre estuvieron presentes en la villa marinera, pero según precisa Expósito, nunca habían vagado por las proximidades del colegio Poeta Antón. El problema surge, entonces, a raíz de que una vecina del concejo comenzase, hace unos meses, a dar de comer a los animales -calculan que unos treinta- en la zona de San Antonio. A partir de ese momento, dicen los responsables del complejo educativo, empezaron a entrar los gatos a sus instalaciones e incluso a dormir en sus macetas.

Pero lo que empezó como algo puntual y originado por unos pocos gatos, ha pasado a convertirse en un grave problema que preocupa a los padres de los niños. Más aún, cuando el número de animales no para de crecer. "Son muchos y cada poco nacen más. Hace unos meses aparecieron tres pequeñinos en el patio; los vieron los alumnos", afirma.

Con todo, "no estamos en contra de esta persona ni de los animales, pero no podemos seguir así. Hay que pensar en buscar una solución. Por ejemplo, llevar los gatos a un albergue o a otro sitio donde los puedan atender y no generen problemas", comenta el director del colegio candasín. Queda así descartada la posibilidad de colocar un nuevo vallado en el exterior del centro e incluso cerrar el patio cubierto de la planta baja para evitar la entrada de los gatos callejeros, como se planteó en un principio. "Se contempló esa medida y el Ayuntamiento estaba dispuesto a hacerlo, pero en la última reunión llegamos a la conclusión de que no tiene sentido que se gaste el dinero de las arcas municipales en eso cuando el problema está claro que va a seguir estando ahí. Los gatos pueden saltar igualmente el cierre y nosotros estaríamos como en la cárcel", concluye Expósito, quien confía en recibir pronto una respuesta por parte del gobierno.

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