En Valdediós quieren recuperar el lavadero de Santi. En pie sólo queda el muro, junto a vestigios de lo que fueron los pilares que sostenían la cubierta de madera y las pilas, ahora cubiertas de tierra y maleza. Agustín Roces López tiene 69 años y aún recuerda a las mujeres lavando en él. Entonces, ni siquiera tenían suministro de agua en sus viviendas y mucho menos, lavadora.
Adrián Carneado es el alcalde de barrio y explica que el gobierno local está "cumpliendo los trámites" para obtener el visto bueno de la Consejería de Cultura porque el lavadero se encuentra en "zona de influencia del monasterio de Valdediós". Animan a los vecinos a colaborar con alguna foto antigua de la construcción para aportarla como documentación que demuestre que antaño estuvo cubierta. "Aunque hay bastantes evidencias de que hubo pilares", apunta Carneado, mientras que Roces se ofrece a pintar un dibujo en el que conste cómo era el antiguo lavadero que él recuerda perfectamente, a pesar de que se vino abajo hace unos diez o quince años.
Adrián Carneado expone que la idea de recuperar el lavadero partió de los vecinos, que están dispuestos a trabajar si el Ayuntamiento de Villaviciosa les proporciona los materiales, como se ha comprometido a hacer.
Agustín Roces recuerda que era el lugar al que acudían a lavar las mujeres de Vallinaoscura, Polléu, La Viña, Villarrica y Santi. En definitiva, de todos los pueblos de los alrededores del monasterio.
Agrega que aprovechaban los días de lluvia, en los que no podían realizar otras labores del campo, para lavar, y también era habitual que se llevaran consigo a los críos. "Se podían juntar hasta doce mujeres", atestigua Roces. Los años de mayor afluencia y uso del lavadero de Santi fueron hasta los 50 y 60. Recuerda que como las escuelas se ubicaban cerca más de una vez su madre le llevaba la comida hasta allí y si llovía podían cobijarse bajo el techo.
Sostienen que el lavadero de Santi "es uno de los iconos del pueblo y la pretensión es ir recuperando poco a poco parte de nuestro patrimonio".
