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Carreño

Los pescadores piden al Principado el dragado periódico del puerto de Candás

"El muelle se ha convertido en una plaza de toros", advierten los usuarios, que critican la falta de calado y la escasa longitud del muro de hormigón

Roberto Luis Fernández, ayer en la explanada del muelle, junto a los pantalanes destrozados por el temporal. M. G. Salas

"El puerto de Candás se ha convertido en una plaza de toros". Así lo asegura José Manuel Rodríguez, propietario de una embarcación de recreo, que denuncia la falta de calado que presenta hoy en día el muelle de la villa marinera. Como él otros muchos usuarios se quejan de que las embarcaciones quedan "en seco, prácticamente sobre la arena" cuando las mareas son bajas. A veces, incluso, ni eso. "No hace falta que haya bajamar para que las lanchas queden varadas, el problema es evidente", señala Álvaro Menéndez. Un problema que, a juicio de los pescadores, causó graves desperfectos en los pantalanes y barcos amarrados -19 se hundieron- el 2 de febrero con el temporal que azotó la costa asturiana. Ante esta situación, reclaman al Principado la realización de dragados periódicos fuera de época turística.

"Suelen hacerlos una vez al año y en pleno mes de julio. Pero eso no es suficiente", destaca José Manuel Rodríguez. También Roberto Luis Fernández explica al respecto que los dragados sólo se realizan en la zona central de los pantalanes y no debajo de los barcos. Por ello, opina que para llevar a cabo una correcta limpieza habría que retirar las estructuras del mar. En este sentido, se ha pronunciado la agrupación de Foro Asturias en Carreño, la cual ha presentado una moción, según precisa su portavoz Susana Corredor, para que el Ayuntamiento exija al Gobierno regional "la realización de dragados que doten al puerto del calado necesario". De igual forma, solicitan el mantenimiento de los pantalanes y los amarres así como la prolongación de la escuadra de hormigón.

Con respecto a este último punto, los usuarios del muelle creen que dicha prolongación es necesaria. De hecho, recuerdan, así estaba recogida en el proyecto inicial. "Estaría bien ampliar el muro unos treinta metros. Entonces, la arena se acumularía en las playas y no en el puerto", precisa Álvaro Menéndez. Y no sólo eso, sino que "las olas no entrarían aquí con tanta fuerza", como dice Roberto Luis Fernández, quien explica que ahora las olas rebotan contra el espigón de Palmera y entran directas en el muelle.

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