El artículo del señor Riego en LA NUEVA ESPAÑA del pasado domingo sobre el paseo marítimo es un ejemplo insólito de transferencia de la responsabilidad que le atañe como alcalde al ámbito privado de la familia desalojada, usando en ese intento el ocultamiento sistemático de la verdad. Para demostrar lo anterior sólo es necesario enumerar el conjunto de actuaciones que dejan a las claras las contradicciones y falsedades que han caracterizado la actuación del gobierno municipal:

1) En octubre de 2010 el Ayuntamiento certificó la seguridad de la casa del paseo marítimo, señalando que no existía un riesgo inminente para ésta. Existía una denuncia de los vecinos, el Ayuntamiento tiene competencias en materia de inspección urbanística y dio el visto bueno a las medidas de protección adoptadas para asegurar la casa frente a los argayos.

2) En noviembre de 2013, y con un criterio diferente del que se adoptó en octubre de 2010 sobre las medidas de protección de la casa, el Alcalde dictó una resolución obligando a la familia a realizar una serie de obras, utilizando como argumento que los desprendimientos que afectan a la casa son parte del problema de seguridad que afecta al vial. Esas obras siguen sin hacerse, pese a que en la citada resolución se señalaba la ejecución subsidiaria por parte del Ayuntamiento.

3) En marzo de 2014, a diferencia de noviembre de 2013, se dice que la casa, pese a correr riesgo cierto y grave de derrumbe de acuerdo con un informe del arquitecto municipal del pasado mes de febrero, ya no es un problema de seguridad para la carretera y que puede abrirse el paseo al tráfico.

4) En marzo de 2014 el Ayuntamiento actúa sobre una ladera que no es de propiedad municipal porque los desprendimientos afectan a la vía pública. Por el contrario, en noviembre de 2013 se ordenó realizar una serie de obras a la familia desalojada, por tratarse de una zona que no es de propiedad municipal, pese a que en aquel momento se consideraba que la situación de la casa sí afectaba a la vía pública. Mismos hechos y criterios de actuación opuestos.

Reiteramos la contradicción flagrante: en noviembre de 2013 el alcalde ordenó la realización de una serie de obras por parte de la familia, como condición necesaria para la reapertura del vial, y se basó en que la situación de la casa comprometía la seguridad de dicho vial. Sin embargo, el Alcalde dice ahora que actuar sobre el desprendimiento que afecta a la casa no es necesario para abrir el vial y que la casa no es un peligro para la carretera. El Alcalde no explica todas las falsedades, incoherencias y contradicciones que definen su actuación en este asunto ni, en definitiva, el porqué de su pésima gestión, que es el origen y la explicación del cierre del paseo a lo largo del último año.

El señor Riego quiere disimular dos realidades incontestables: que la gestión del paseo marítimo es competencia municipal y que el problema de los argayos que afectan a esa zona en parte es responsabilidad suya, por aceptar la cesión del paseo marítimo sin que el Principado hiciera las obras de estabilización de la ladera del monte Fuxa, que es la condición que el Pleno del Ayuntamiento puso para aceptar dicha cesión. Señor Riego, ¿por qué no explica todo eso?