"Es un orgullo que se reconozca la labor de los vecinos, si estuviera aquí mi padre sería el hombre más feliz del mundo porque lo vivía de forma intensa", asegura Berta González, hija de Ramón González, el que fuera guía de la Caverna de la Peña, más conocida como la Cueva de Candamo. La consejería de Cultura inauguró ayer los actos del centenario del descubrimiento de la gruta de arte paleolítico agasajando a los descendientes de las personas que hicieron posible que el concejo disfrute ahora de ese hallazgo.

Con la inauguración del centenario de la Caverna de Candamo, declarada Patrimonio de la Humanidad, también se abrió el período de visitas de Semana Santa. Así, desde ayer y hasta el día 20 de abril habrá tres turnos diarios, salvo los lunes, para la visita guiada a la cueva, con reserva previa reserva en el Ayuntamiento. La cueva reabrirá sus puertas el 15 de junio.

Hace cien años, los vecinos se adelantaron a los científicos. Casimiro González, "el Cristo", fue uno de los primeros que se adentró en la Caverna de la Peña. Gracias a él, el geólogo Eduardo Hernández-Pacheco y el conde de la Vega del Sella reconocieron científicamente la cavidad en 1914 y constataron su valor científico.

Pero la jornada de ayer estaba dedicada a los familiares de los hombres que descubrieron la cavidad. Y también a los descendientes de los vecinos de San Román de Candamo que fueron los guías durante décadas, Ramón González y luego Manuel García Rubio. María Teresa González, hija de Ramón, recuerda cómo de pequeña subía a lo alto de "El Camarín" para alumbrar con una lámpara la pared y que los visitantes pudieran observar los dibujos y grabados.

También estuvo presente Manuela García, hija de Manuel García Rubio, guía de la cueva hasta que se cerró en los años ochenta, que afirmaba que "estar aquí hoy es un orgullo".

Como no podía ser de otra forma, los familiares del Cristo también se acercaron hasta San Román de Candamo. Su nieta, María del Carmen García, rememora cómo su abuelo iba en busca de leña pero que en el camino perdió el burro que llevaba la carga, y en su búsqueda encontró la caverna. "Hizo una portilla para cerrarla", detalla García. No fue hasta la entrada de otros vecinos cuando se descubrieron los dibujos y los grabados que llevaron a Hernández-Pacheco y al conde de la Vega del Sella hasta Candamo.

Para conmemorar el aniversario, Cultura ha diseñado una amplia programación que incluye exposiciones, actividades de divulgación científica, conferencias y eventos para todas las edades. Los actos más importantes se desarrollarán los días 9, 10 y 11 de agosto, coincidiendo con las fiestas de San Lorenzo en San Román. Los actos también llegarán al Parque de la Prehistoria de Teverga y el Museo Arqueológico de Asturias.