La Pola ya disfruta de los Güevos Pintos. En la tarde de ayer se abrió en el parque de Alfonso X el Sabio el mercado poleso que anticipa la emblemática celebración local. Un mercado que cuenta, además, con la presencia de las artesanas que pintan huevos en la localidad y con atractivas actuaciones para los visitantes.

Entre estas actuaciones, ayer destacó la recreación de la concesión de la Carta Puebla a Pola de Siero, documento que marcó la génesis de la población. La Carta fue concedida por el rey Alfonso X el Sabio en Burgos, el 14 de agosto de 1270. Aunque no se haría efectiva hasta el 16 de octubre de 1310, cuando Rodrigo Álvarez ordenó el cumplimiento de ese privilegio, la orden del monarca supone el primer paso para el nacimiento de lo que hoy es la capital del cuarto concejo de Asturias.

Ese momento fue el recreado ayer por un grupo de actores sierenses ante la atenta mirada de un público muy numeroso. Previamente al inicio de la dramatización, un ingenioso malabarista se había encargado ya de calentar a ese público, y su interés no decayó, en gran medida merced a ciertas licencias tomadas en la recreación del momento histórico, que permitieron encajar piezas musicales y un número de baile regional.

En paralelo, el mercado comenzaba a palpitar y las artesanas locales recibían a los primeros clientes, que buscaban un huevo pintado con los colores de su equipo o con los personajes de la serie preferida de sus hijos. Las pintoras, no obstante, solo llevan al mercado, estos primeros días, una parte de su material, ya que son conscientes de que será el martes cuando tengan que dar el do de pecho. "Tengo preparados unos 170 güevos pintos. Ahora he traído una parte, pero otros los dejo en casa para el martes", explica Irene Cancelo, que afronta su primer año llevando un puesto ella sola, tras haber compartido labor con otra artesana en los anteriores.

Por su parte, Nancy Velásquez reconoce que reserva alguna pieza especial para presentarla a los clientes el martes, aunque eso no quita que haya cuidado con mimo las piezas que ya tiene expuestas. Como también ha hecho Flor de Melo, que expone sugerentes creaciones en su puesto. Natural de Portugal y criada en Francia, Flor de Melo acabó instalándose en la Pola tras casarse con un español. Hace siete años comenzó a pintar y trata siempre de ser original. "Este año traigo una casita con forma de huevo", explica la artesana, centrando el foco en sus creaciones. Porque en la Pola, durante los próximos días, los güevos pintos son los reyes.