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Carreño

El paro no es una opción

El comercio, la hostelería y la energía son algunos de los sectores por los que apuestan los emprendedores del concejo, ahora animados por la tímida recuperación económica

El paro no es una opción

Emprender para esquivar la crisis. Esa es la máxima que comparten Alberto Argüelles, Jaime Martínez, Pablo Huertas, Ester Llamazares, Víctor Remis y Belén López, todos ellos con negocio propio en Carreño. Algunos ya han comprobado que la fórmula funciona y otros, tras meses de desesperación en la cola del paro, por fin han dado el paso y se han decidido a coger el timón de su propio negocio. Porque lo que en ningún caso falta es esperanza; están convencidos de que saldrán del bache a base de trabajo. Y más aún ahora que la economía parece estar remontando tímidamente. En realidad, por poco que sea ya es mucho para estos emprendedores carreñenses, que echan en falta un mayor apoyo por parte de la administración pública.

"En estos meses he notado que la gente tiene la sensación de que más abajo no podemos caer, que ya hemos pasado lo peor de la crisis. Y que tengan esa percepción es bueno. Confío en que los ciudadanos vuelvan a consumir sin miedo y que el sector se mueva un poco", explica Alberto Argüelles, responsable de Construcciones Bahía de Perán. Este perlorín, de 43 años, lleva desde hace más de 20 al frente de su propio negocio y afirma que ha conseguido sortear la crisis siendo emprendedor y acometiendo transformaciones. "Cuando empezaron a ir mal las cosas tuvimos que dejar la parte de promoción de viviendas, ya que no se vendía ningún piso, y centrarnos en la construcción pura y dura. Y la verdad es que trabajo nunca nos faltó", confiesa.

Eso sí, para conseguir atraer clientes en estos tiempos, también hubo que hacer algún que otro esfuerzo, sobre todo, relacionado con los precios. "Ahora hay que hilar muy fino para que la gente pueda llevar a cabo una obra", precisa. Y no sólo eso, sino también buscar nuevos sistemas constructivos y materiales que permitan ahorro al cliente. Y, por supuesto, trabajar en la honradez y la confianza. "La construcción hoy tiene muy mala fama; los ciudadanos no confían, porque tienen miedo a que la calidad de las obras no sea la deseada o que no se utilicen los materiales presupuestados", defiende.

Argüelles también apunta que una de las claves para sobrevivir en tiempos de crisis dentro de su profesión es tener una plantilla de empleados reducida. "Nosotros trabajábamos mayormente con autónomos, porque el problema que tenemos en la construcción es que en un mes puedes tener muchas obras y en otro ninguna", sostiene.

Sin embargo, Jaime Martínez, al frente desde 2011 del Grupo Energético Asecor, dedicado al suministro de energía eléctrica en la región, afirma que ha tenido que luchar durante este tiempo más contra el desconocimiento que contra la propia situación económica. De hecho, Martínez, que trabajaba en la inversión bursátil "antes de que el tsunami de la crisis lo barriese todo", decidió emprender en este campo porque vio que tenía futuro. "Cuando estás en bolsa tienes una visión bastante buena de la economía y vi que lo que más movimiento tenía en España era el sector energético, así que me lancé a ello. No obstante, tenemos el problema de que está poco evolucionado; los ciudadanos siempre piensan que hay sólo tres empresas de energía, cuando en realidad hay más de cien", explica.

Y si a las dificultades propias del sector añadimos las generales, como son la falta de ayudas, la situación se vuelve aún más complicada. "El camino de los emprendedores es muy difícil, porque llegas con muchas esperanzas y luego recibes palos por todos los sitios", se queja Martínez, de 41 años y natural de Jaén, aunque residente en Candás desde hace más de una década. Aún así, también él ha conseguido esquivar la crisis tomando el atajo de los emprendedores. El mismo que han seguido ahora Pablo Huertas, Ester Llamazares, Víctor Remis y Belén López, cuatro de los muchos candasinos que han abierto en estos últimos meses nuevo comercio en la capital de Carreño, hartos de esperar a que el empleo llamase a la puerta de casa.

De la barra al perfume

Pablo Huertas lo dejó todo en Murcia, donde vivía y trabajaba temporalmente como camarero, para emprender un nuevo camino junto a su madre en una tienda de fragancias, llamada "Don Aire", en la villa marinera. "Llevamos mes y medio sólo, pero estamos muy contentos. Yo ya conocía el producto y en cuanto me lo propuso mi madre no me lo pensé dos veces y vine para aquí, porque es trabajo y en estos tiempos se necesita", afirma este joven de 21 años.

Por su parte, Ester Llamazares abrió en enero una nueva mercería en Candás, después de meses en paro y en busca de un trabajo por todas las esquinas. "Llevaba ocho años en unos grandes almacenes, pero llegó la crisis y se acabó. Empecé a buscar un empleo por todos los sitios, pero no encontraba nada, porque en el momento que les decías que eras mujer y tenías 38 años, ya no te contrataban. Hasta tuve que irme a vivir con mis padres", lamenta. Pero un día Llamazares dijo basta y decidió empezar desde cero haciendo lo que le gustaba. "Tenía claro que tenía que ser algo que tuviese futuro y que me atrajese, porque me iba a pasar muchas horas con ello, así que pensé en una mercería", dice.

Una situación similar vivió Víctor Remis, de 26 años. Llevaba tiempo buscando sin éxito un trabajo "cualquiera". Fue su madre, Belén López, la que entonces le propuso emprender. Y así fue. López, con experiencia en hostelería, optó por gestionar el bar "El Rinconín de Belén". Detrás de la barra llevan madre e hijo desde marzo, aunque la decisión revelan que no fue fácil. "Tienes que darle muchas vueltas, porque hay pocas ayudas. Los emprendedores al final estamos solos en esto, pero hay que mirar por el bienestar de la familia", avisa López. Y parece que el paso que han dado ha sido el acertado. "Estamos muy contentos. Pasas muchas horas trabajando, pero al final tienes tu recompensa: los clientes". Y los clientes para esta familia candasina y para todos los emprendedores del concejo es trabajo y dinero para sacar adelante el día a día.

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