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Siero y Noreña

La memoria de Siero, de traslado

El archivo municipal estrena sede y afronta el reto de digitalizar los 120.000 documentos en papel pendientes

La futura sede del archivo municipal, en obras. Manuel Noval Moro

Aunque con cierto retraso, las obras de acondicionamiento de la antigua Casa de Cultura para el archivo municipal de Siero están entrando en su recta final. Una vez concluidas y colocado el mobiliario, el edificio será sede de uno de los servicios más completos y valiosos del municipio. Porque, como dice la propia archivera, Rosa Villa, el archivo, aparte de la casa de la memoria, de la que pueden hacer uso los historiadores y estudiosos, "es el que justifica los derechos de los ciudadanos; éstos acuden al archivo para probar sus derechos". Según Villa, "una mala sentencia viene de las cenizas de una mala prueba, y si tienes un documento probatorio en cualquier causa es el que garantiza tus derechos". Y además de probar los derechos de los ciudadanos, garantiza la transparencia de la gestión política.

Por eso hay que desterrar, dice, la idea de que el archivo "es un almacén donde están los despojos administrativos". Es, asimismo, un espacio abierto. "Todo el mundo tiene derecho a hacer uso de él, siempre que se atenga a las leyes y normas sobre acceso", explica la archivera.

En cuanto al de Siero, es, posiblemente, el que más documentos electrónicos tiene de Asturias, gracias a que, ya en el año 1993, comenzó a guardar los documentos en formato digital. Desde entonces, conserva 153.029 expedientes electrónicos, con un total de 988.967 documentos digitales.

A todos ellos hay que añadir los 119.954 expedientes que se conservan sólo en formato papel, y la suma de expedientes que guarda el archivo de Siero (a fecha 31 de diciembre de 2013) es de 272.983.

Una de las ventajas del archivo de Siero es que cuenta con un sistema informatizado de búsqueda, que está hecho muy concienzudamente y con muchos campos desde los que acceder a los documentos. Desde el ordenador es relativamente fácil conocer el lugar (ya sea en el fichero electrónico o en los estantes, en papel) en el que se encuentra un documento concreto.

Ahora, el reto es escanear y digitalizar esos casi 120.000 documentos que todavía están sólo en formato papel. Según Rosa Villa, en el futuro va a primar más el documento electrónico, que "cumpliendo todas las normas ISO y con sus metadatos es auténtico, fiable e íntegro como un documento de papel".

El primer documento del archivo data de 1745. Es una licencia para vender carne. A partir de esa fecha se encuentra todo tipo de información. Y ello a pesar de que se perdieron documentos en distintas épocas.

En la Guerra de la Independencia, los franceses destruyeron muchos documentos; durante la revuelta de 1934 quemaron el archivo y el Registro de la Propiedad; y el régimen de Franco, en los años 1940 y 1945 necesitaba papel y, por orden ministerial, ordenó recogerlo de los archivos, sin que hubiera un archivero que pudiera seleccionar la documentación que servía y la que no.

Ya en nuestros días, hace pocos años, el archivo sufrió un último ataque, que hizo que se perdiesen algunos documentos y otros se deteriorasen: la inundación de las dependencias en que estaba parte del material.

Ésta fue una de las razones por las que se decidió buscarle una ubicación mejor, para preservarlo de más deterioros. Según Rosa Villa, "esta Corporación se preocupa por que el patrimonio documental esté en las mejores condiciones posibles, lo que da la imagen de su preocupación por la transparencia administrativa".

Pese a toda la destrucción que propiciaron el fuego, el agua y la falta de sensibilidad, el archivo conserva hoy un gran valor como servicio público que está destinado a crecer y mejorar una vez asentado en su nueva casa.

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