Esta vez sí: la fiesta triunfó y San Antonio pudo danzar bajo el sol. Cientos de candasinos se aproximaron ayer hasta el "prao" de Gervasia para inaugurar, con bollo preñao y botella de sidra en la mano, el calendario festivo de la villa marinera. A diferencia del año pasado, en el que el frío y la lluvia fueron protagonistas, el buen tiempo hizo que el calor apretase de lo lindo durante toda la jornada y que la tradicional subasta del ramo viviese uno de sus mejores años. Nadie se quiso perder esta popular jira, en la que, por tercer año consecutivo, no hubo capilla y el santo tuvo que vivir la romería desde la iglesia de San Félix.

El retraso en la reconstrucción de la ermita, que fue desmontada en 2011 ante el riesgo de que los continuos argayos en el cabo se la llevasen por delante, estuvo una vez más en boca de todos. "La echamos de menos; antes danzábamos y tocábamos siempre la campana", expresó Josefina Barros, que confía en que el templo se rehabilite este año. También Juan Carlos Garrido lamentó la ausencia del santo en la fiesta. "Estamos desamparados", dijo.

Aun así, hubo que ponerle buena cara a San Antonio y disfrutar de la celebración con alegría en el cuerpo. Como hicieron Ana García y Marián Gutiérrez, con sus hijos, preparados para animar a la Roja. Alegría derrocharon también el grupo de baile "San Félix", presente en la jira, y el Club Atlético Ocle, que desde hace más de diez años se encarga de repartir la comida y de la subasta, gracias a la colaboración de los hosteleros y los comercios. La previsión era vender 600 bollos y unas 100 cajas de sidra.

El broche a la festividad lo puso la peña El Nodo, que animó a los presentes con la danza prima. Vestidos de mahón y sardinera, sus integrantes llenaron la plaza de El Cueto de viejos cantares.