El Corpus Christi tendrá este año toque marinero en Candás. Un grupo de doce vecinas, capitaneadas por la pintora local María Jesús Iglesias, convertirán, el próximo domingo, día 22, la plaza de La Baragaña en una especie de embarcación religiosa. Será la principal novedad que los visitantes apreciarán en su recorrido habitual por las calles de la villa. Sobre las baldosas no faltarán peces, estrellas de mar, flores, ni por supuesto los diseños más importantes: el Niño Jesús y la Virgen del Rosario, patrona de los pescadores. Los elementos principales de estas figuras, que tendrán una altura aproximada de cuatro metros, han sido elaboradas con arroz, con el objetivo de conseguir una mayor calidad de representación en los dibujos.
"Llevamos desde noviembre trabajando en los rostros, las manos y en los detalles más complejos. También hemos hecho peces y flores enormes", comenta María Jesús Iglesias desde el aula de pintura del centro polivalente La Baragaña, donde estos días ultima los preparativos del Corpus junto a las candasinas Ana Argüelles, Marina Felisa Artime, Carmen Menéndez, María Esther Gutiérrez, Victoria Pons y Gloria Yera. Todas ellas tendrán que completar en la madrugada del domingo sus creaciones con sal teñida de colores. Una labor compleja y de horas, a la que se unen también otros vecinos.
Esta técnica, que combina arroz con sal, es la segunda vez que se utiliza, desde que la vecina Marina Felisa Artime recuperara con otras candasinas la tradición de decorar las calles en 2011. Y lo cierto es que el resultado es espectacular. El pasado año ya se pudo comprobar; a las figuras no les faltan detalles. Hasta la Virgen tiene volumen en los labios y luce velo y rosario. "Lo primero que hacemos es confeccionar el dibujo, luego teñimos el arroz del color de la base con acrílico para a continuación pegarlo y ya pintar sobre ello con el fin de crear sombras y volúmenes", aclara la artista local. Estas figuras se complementan con flores de papel y otros motivos marineros. Pero todo ello supone mucho trabajo. En concreto, estas mujeres llevan desde finales de 2013 reuniéndose por lo menos una vez a la semana. Ahora, lo hacen todos los días con la mirada puesta en los últimos retoques.
A pesar del esfuerzo, las voluntarias coinciden en decir que merece la pena. "Lo hacemos por los niños, pero también para que el pueblo esté guapo. Además, hay mucha gente que se emociona", dice Iglesias. Ello sin olvidarse del Santísimo Cristo de Candás. Por él, las más devotas, colaboran en esta actividad, como es el caso de Victoria Pons. Pero no es la única; la noche antes a la celebración de Corpus, las calles se llena de color y olor, gracias a manos con mucho fervor. De hecho, aparte de la plaza de La Baragaña, también se adornan las calles Valdés Pumarino y Braulio Busto.
