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Carreño

El museo de Candás, en conserva

Las limitaciones de las arcas municipales frenan el proyecto para exponer la historia de la industria local en la antigua fábrica de Ortiz

La vieja fábrica de Ortiz, en Candás. M. G. SALAS

El que iba a ser el Museo de la Pesca y de la Conserva de Asturias ha caducado. Después de cuatro años, la antigua fábrica Ortiz, ya remodelada, sigue sin contenido por falta de financiación y convertida en una sala de exposiciones, que da cabida durante el año a conciertos, ferias y otros eventos. La crisis arruinó en 2012 el sueño de muchos candasinos, que confiaban en ver pronto la historia de una villa marinera, que en el pasado llegó a ser uno de los principales puertos pesqueros de la región y a concentrar en su territorio más de un centenar de industrias conserveras, en un museo. El Ayuntamiento de Carreño cuenta con un inmenso fondo documental relacionado con la actividad conservera. Pero, al menos este año, todo ese material no será expuesto ya que las arcas municipales no pueden afrontar la inversión.

La fábrica Ortiz, que se instaló en Candás en 1930, concluyó su actividad en 1982. Durante años estuvo abandonada, incluso amenazó más de una vez con su derrumbamiento, pero en 2010 su historia cambió por completo. Se aprobó convertir la vieja factoría en un museo a través de la subvención de 1,4 millones de euros obtenida de los fondos estatales. El proyecto, que había sido elaborado ya en 2007 por el arquitecto Rogelio Ruiz, se presupuestó finalmente en 1.239.688 euros. La primera fase, que consistió en la rehabilitación con 738.520 euros permitió reformar la fábrica, manteniendo los rasgos clásicos del estilo conservero y se construyó un edificio de tres plantas, con más de 400 metros cuadrados de superficie libre.

Pero ahí se paró. El año pasado se realizaron actuaciones de mejora de la instalación eléctrica del edificio por valor de 100.000 euros. Para este no se prevén ningún tipo de obra. "El gobierno local no ha renunciado a ello. Es más, intentaremos que el Ministerio de Cultura concluya la inversión", manifiesta la concejala y portavoz del grupo socialista, Amelia Fernández. Sin embargo, "las restricciones del Gobierno de España y la regla de techo de gasto impuesta merman la capacidad inversora del Ayuntamiento, de tal forma que se condiciona el uso del remanente y no se puede incorporar la actuación de Ortiz como inversión municipal", añade. Fernández advierte, además, de que el gobierno central no sólo no se ha comprometido a finalizar las obras, sino que además "exigió al consistorio de Carreño la devolución de 350.000 euros más intereses de la subvención concedida en la etapa socialista".

Así las cosas, reconoce la edil, el futuro museo "dependerá de las gestiones de desbloqueo que podamos hacer ante el Ministerio". De todas formas, el gobierno socialista de Carreño tiene claro que la vieja fábrica Ortiz mantendrá un uso como sala de exposiciones.

El edificio ha sido sede de numerosos eventos culturales. Entre ellos, la exposición anual de la pita pinta asturiana, los encuentros nacionales de encaje de bolillos o los conciertos de la Banda de Música de Candás. De esta forma, además de ofrecer la fábrica Ortiz un servicio a los vecinos, supone un ahorro importante en contratación de carpas.

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