Mariano Paraja y Rosa Hortal aún tenían ayer el susto en el cuerpo. "Pensé que quemaba la casa viendo aquellas llamas...", recuerda vecina de Arroes después de que en la noche del sábado al domingo el fuego devorara su lagar, donde también guardaban herramienta, la lavadora, la secadora y un congelador. El propietario estima que sólo en herramienta ha perdido 12.000 euros. Apenas atina a decir "¡mira que traces!" apuntando hacia los escombros que ayer se afanó en retirar con ayuda de sus dos hijas, Montse y Rosana Paraja Hortal, y sus respectivos maridos.

Desconocen cuál pudo ser la causa que provocó el incendio y barajan dos opciones. "Calculo que pudo ser un cortocircuito o la tormenta de anoche", argumenta Rosa Hortal. Fue un vecino que viajaba por la carretera nacional 632, principal nudo de comunicación entre Villaviciosa y Gijón, quien dio la voz de alarma al ver la intensidad que ya alcanzaban las llamas sobre las tres y media de la madrugada. No fue el único al que alertó la virulencia del fuego, pues se concentró un grupo de personas, que fueron las que se encargaron de llamar a los bomberos para que sofocaran el fuego, explica Hortal.

El incendio calcinó el tejado del inmueble y los diversos enseres que se guardaban en el recinto que hacía las veces de almacén, además de lagar. Cuando los bomberos llegaron al lugar, el tejado del inmueble ya estaba completamente hundido, por lo que se centraron en evitar que las llamas pasaran a la casa cercana y a un gallinero anexo.

Tras sofocar el fuego, se usó una cámara de imágenes térmicas para comprobar que no quedase ningún foco de calor. Los bomberos de Villaviciosa y La Morgal estuvieron interviniendo hasta las siete de la mañana de ayer, para lo que utilizaron la autobomba forestal, un vehículo de primera salida y un vehículo nodriza. La sala del 112 informó a la Guardia Civil y al Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) de lo ocurrido. Por fortuna, no hubo heridos.