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Relevo asegurado en la banda de Candás

Un grupo de niños se unen a la cantera para aprender música e incorporarse en tres años a la banda, fundada en 1881

Iván Rodríguez, junto a su padre, Fermín Rodríguez Fernández. Delante, las pequeñas Paula y Marta Rodríguez, hijas de Iván. G. BENGOA

"Nos gusta aprender música y queremos tocar en la banda". Yara Fernández, Valeria Artime, Paula Rodríguez y Carmen López son cuatro alumnas que estudian lenguaje musical con el profesor César González en la sede de la Banda de Música de Candás. Es parte de la cantera de la agrupación fundada en 1881 y que en la actualidad cuenta con 75 músicos.

"Es más difícil aprender a tocar el instrumento que el solfeo porque cuesta mucho aprender a soplar", comenta Paula Rodríguez que está aprendido a tocar la trompeta "como lo hace mi padre". Paula forma parte junto a su hermana Marta, que toca el clarinete, de la tercera generación de su familia que toca en la popular banda candasina. Su padre, Iván Rodríguez es integrante de la agrupación al igual que su abuelo, Fermín Rodríguez Fernández, que toca el saxofón.

La banda se nutría antes de gente que quería entrar en el Conservatorio, "además de los niños que querían estudiar música", comenta el presidente, José Miguel Karrera-Génova, que lleva treinta años en la agrupación, los cuatro primeros como delegado del Ayuntamiento cuando era concejal. Karrera-Génova comenta que antiguamente era el director de la banda quien impartía clases de todos los instrumentos pero ahora tienen a un profesor para cada uno: de clarinete, saxofón, fliscorno-trompeta, flauta, trombón, bombardino-tuba y percusión. La pequeña Carmen López toca la trompa en la banda, pero cuando llegó "no tenía claro qué instrumento elegir".

"Le gustaba alguno de viento y metal y aquí la orientamos hacia la trompa con la que ahora está encantada", explica el presidente. "Todos los instrumentos tienen la misma dificultad y se eligen dependiendo de las necesidades de la banda", añade Karrera-Génova. "Muchos llegan con la idea de tocar percusión y saxo".

La banda cede los instrumentos a los alumnos; si continúan, es cuando compran los propios y devuelven los que les han prestado. Cuando pasan tres años se incorporan a la banda y están junto al profesor, quien les ensaña los gestos del director y van aprendiendo a tocar en conjunto.

La banda tiene suscrito un convenio con el Ayuntamiento de Carreño por el que recibe 32.220 euros al año por diez actuaciones, aunque "hace el esfuerzo" y realiza hasta dieciséis. El próximo año tienen previsto regresar al País Vasco y actuar en Hondarribia (Guipúzcoa), recuperando la vinculación de los vascos con el puerto candasín. Por otro lado, no dejan de recordar la importancia de disponer un edificio para desarrollar su actividad y hay quien señala que sería importante que el Ayuntamiento negociara con Albo rehabilitar el antiguo Teatro Marina para instalarse.

Karrera-Génova valora el trabajo de todos los integrantes de la agrupación, entre los que destaca el director, el americano David Moen, quien asegura que en la banda de Candás "hay mucho talento".

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