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Línea directa con la Antártida

Los alumnos del Instituto César Rodríguez, entusiasmados tras hablar con miembros de la expedición española en el polo Sur

Kimberly Álvarez realiza una pregunta a los miembros de la expedición. S. A.

En ocasiones basta una pequeña motivación para encarar grandes logros. Algo de eso pasó ayer en el Instituto César Rodríguez de Grado. Los alumnos de cuarto de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) mantuvieron una videoconferencia con dos miembros de la expedición científica y militar en la base antártica "Gabriel de Castilla" que les mantuvo, aunque fuera por una hora, en silencio y concentrados. "Me planteo dedicarme a algo así, me pareció muy interesante poder hablar con los investigadores sobre los efectos climáticos en la Antártida", afirmó tras la experiencia Manuel Ángel Suárez.

El encuentro surgió a raíz de un proyecto interdisciplinar del centro iniciado con la lectura de la novela "La isla de Bowen", de César Mallorquí. Al hilo de la historia, la profesora de Física y Química, Pilar Alzueta, trabajó con los alumnos sobre los volcanes y el medio ambiente. Y una tarde decidió contactar con el Gobierno militar para proponer la videoconferencia que mantuvieron ayer con el comandante de la base en la isla Decepción, José Pablo Sánchez, y el geofísico Javier Almendros, de la Universidad de Granada. Ambos acudirán en marzo a Grado para conocer a los alumnos.

Los chicos llevan parte del curso preparando el encuentro. Durante una hora hicieron preguntas de todo tipo. Quisieron saber, por ejemplo, cómo es un día en la base "Gabriel de Castilla", cómo reciclan los residuos o cómo lo pasaron al atravesar el Paso de Drake, donde se unen el óceano Pacífico, el Atlántico y el mar de la Antártida. Aunque la mayoría de cuestiones estuvieron relacionadas con la actividad científica.

Así, pudieron saber que los militares destinados en la Antártida están realizando labores para contener un terraplén cercano a la base. Y cómo los científicos llevan a cabo su labor investigadora, sobre todo en lo referente a los movimientos sísmicos de la zona. La última erupción data de 1970 y, por lo que detalló Almendros, los datos recogidos hasta el momento son de total normalidad.

Los jóvenes se interesaron mucho por los efectos del cambio climático en la Antártida, tanto por el deshielo como por el impacto en la flora y la fauna. "Se mantiene, dentro de todos los males, muy vírgen, es una de las mejores zonas del planeta", aseguró el científico a los alumnos.

Al término del encuentro, los estudiantes estaban muy motivados: "Me gustó mucho porque tiene mucho valor lo que hacen allí", opinó Karen Fernández. También Oriol Fernández estaba pletórico porque "es una oportunidad única" hablar con los miembros de la expedición. Por su parte, las docentes que dirigen el proyecto, Alzueta y Ana Alba, profesora de Lengua y Literatura, quedaron muy satisfechas con el trabajo de los alumnos, que seguirá hasta final de curso. Y quién sabe si algún día uno de estos jóvenes moscones trabajará en la base española en la Antártida.

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