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Siero y Noreña rechazan de forma unánime la supresión de la parada del HUCA

Los vecinos consideran que se debe anteponer el interés general a las razones económicas de los taxistas de Oviedo

Siero y Noreña rechazan de forma unánime la supresión de la parada del HUCA MANUEL NOVAL MORO

Es imposible encontrar un asunto que mueva mayor consenso entre los vecinos de Siero y de Noreña. Tanto en la Pola como en la Villa Condal rechazan tajantemente la pretensión del Ayuntamiento de Oviedo de suprimir las paradas de autobuses interurbanos. Esta ha sido desde un primer momento la idea de los taxistas ovetenses, que quieren que los autobuses interurbanos tengan la obligación de parar en la estación de autobuses de Oviedo para poder beneficiarse de los traslados desde esta ubicación hasta el Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA). Los vecinos de Siero y Noreña creen que el servicio debe estar por encima de estos intereses y esgrimen las razones económicas de los usuarios y la comodidad como razones principales para mantener un servicio que ven necesario.

En este sentido, José Manuel Berdasco, vecino de Pola de Siero, dice que el autobús "tiene que parar en el hospital, porque no es lógico que cojamos un taxi para darles el dinero a ellos". Piensa no sólo en los sierenses o en los vecinos de los concejos de los alrededores, sino también en quienes viven en puntos más apartados de Asturias: "Los que vienen de Llanes o de Cangas de Onís deberían poder parar también, porque si no es muy perjudicial para ellos".

Benigno Martínez opina lo mismo: "Digan lo que digan, los autobuses tienen que parar en el hospital porque es lo más cómodo para todos".

Josefa García Álvarez, de Pola de Siero, no entiende que se suprima un servicio tan beneficioso para la población. Porque el problema no es sólo económico, sino también de comodidad. "Andar cambiando de un lado para otro y esperando es muy incómodo, y para las personas mayores, más todavía", dice, para apostillar que "si no hay parada en el hospital, tienes que ir a Oviedo, esperar, subirte a otro autobús... es una incomodidad".

Alfredo Fernández Sánchez, de Pola de Siero, estuvo recientemente tres meses ingresado en el HUCA a causa de una enfermedad grave, y cree que la ausencia de paradas de autobús junto al centro hospitalario es "una incomodidad para todos, para los enfermos y para los que vayan a verlos; cierto que hay autobuses, y que puedes venir desde Oviedo, pero es mucho peor parar allá arriba y tener que dar la vuelta otra vez hasta el hospital; es muy incómodo".

"Me parece absurdo que supriman esas paradas", dice otro vecino de Pola de Siero, José Manuel Menéndez. "Creo que habría que poner todos los medios públicos en beneficio de la gente", sostiene. "Yo tengo coche, y fui varias veces al hospital, pero en una ocasión no pude cogerlo y me di cuenta de lo incómodo que puede ser; no me parece correcto que lo hagan".

Pepita Hedrera, vecina de Noreña, subraya que "todo el mundo fue siempre en autobús hasta el hospital", y no ve por qué ahora tiene que ser diferente. Para mucha gente, sostiene, causa un perjuicio económico: "los pensionistas tenemos poca moneda y hay que pagar en todos los sitios; no creo que haya nadie que quiera que se quiten las paradas del hospital; tendríamos que defenderlo entre todos", sentencia.

Rocío Saro, también de Noreña, tiene una hija que trabaja en el hospital y señala que "tiene que ir en autobús, y es un trastorno". Respecto a las pretensiones de los taxistas, entiende que "los taxistas tienen que vivir, no lo discuto, pero los demás también, y hay que pensar en toda la gente; hasta ahora, los taxistas habían estado sin la gente y habían vivido".

La noreñense María Concepción Urbina es una usuaria periódica del hospital. "Yo tengo que ir cada cierto tiempo a hacer un control, y no me parece bien que supriman las paradas; deberían tener en cuenta la dificultad que supone para mucha gente tener que ir a Oviedo para después dar la vuelta al hospital".

Lorenzo Castellano, de Noreña, va más allá. Considera que no sólo no deberían suprimirse las paradas, sino que deberían añadirse otras. "Me parece muy mal que quiten paradas; yo creo que debería haber incluso más todavía, para dar mejores servicios".

Por último, el noreñense Manuel Bobes reflexiona que "los autobuses siempre fueron al hospital, no pueden dejar de ir ahora sólo porque cambie de sitio; no tiene sentido". Dice que se trata de un servicio, y que "allí tampoco se va por gusto; los enfermos y los que los visitan lo hacen por obligación, con lo que lo lógico sería que les facilitasen las cosas".

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