El Principado de Asturias ha instalado un monolito en memoria de las víctimas de la represión franquista cuyos restos yacen en las fosas comunes repartidas por el concejo de Noreña. Según los datos recopilados por un equipo de investigación vinculado a la Universidad de Oviedo, que han servido de base para la realización del mapa de fosas del Principado, en la Villa Condal se han identificado tres fosas comunes que permanecen sin señalizar, en gran medida por las dificultades para precisar con exactitud el lugar de los enterramientos.

El monolito instalado en Noreña incorpora una placa con la leyenda: "Fosas comunes de Noreña. A los que dieron su vida por la libertad y la democracia". En su forma, es similar al instalado en la fosa común de San Miguel de la Barreda, donde reposan los restos de 18 personas, muchas de ellas noreñenses, ejecutadas por los insurgentes en noviembre de 1937. Precisamente, en el último homenaje anual que los familiares de las víctimas de San Miguel realizan en la fosa, el director general de Justicia e Interior, José Luis Villaverde, había anunciado la próxima instalación de un monolito en Noreña en memoria de las víctimas cuyos restos reposan en las tres fosas identificadas en el concejo.

La primera de estas fosas se localiza en el prau del Llagarón, y en ella reposan, al menos, los restos del zapatero Etelvino Espiniella. La segunda está en la avenida de Oviedo, y la identidad y el número de las víctimas se desconocen.

En cuanto a la tercera, denominada "Pozu Molín", se sitúa a la vera del río, en las cercanías de la iglesia, y guarda los restos de José García Riestra. Precisamente, meses atrás el hermano del finado, Vicente, logró que se colocase una placa en su honor en el interior del cementerio parroquial. A la entrada de la iglesia de Noreña hay una segunda placa, por las víctimas del bando franquista, que ha sido objeto de controversia por los intentos de retirarla en virtud de la Ley de Memoria Histórica.