El pintor Alfredo Menéndez plasmó ayer el cuadro de sus recuerdos de la Semana Santa candasina durante el pregón que ofreció en la iglesia de San Félix de Candás. Un lienzo de vivencias comunes de los vecinos del puerto marinero, como la procesión del Silencio de Viernes Santo: "Me sobrecogía la solemnidad de aquella multitud acompañando a la Virgen de los Dolores, y aquel absoluto silencio tan sólo roto por el sonido de los pasos y el golpe acompasado de las varas de horquilla de los portadores de la imagen", afirmó.

En su pregón, Menéndez estableció tres partes. La primera, la liturgia que se establece en la iglesia en los días de Pasión. Después, la de la calle, en manos de las cofradías, de la que destacó las imágenes más tradicionales para los candasinos, la de "Jesús atado a la columna", el "Jesús con la cruz a cuestas", y la de "Jesús yacente". Y en tercer lugar, la Semana Santa "de la intimidad de nuestro corazón, aquella en la que vivimos nuestra fe pero también aquella que atesoramos en nuestra parcela emocional, la de los sentimientos, recuerdos y nostalgias". De aquellos recuerdos brotó la imagen de los doce marineros en el Lavatorio "con su ropa de Mahón de los domingos, su boina en las manos, actitud humilde y tímida, con sus pies descalzos, esperando".

Entre otros actos, recordó con especial emoción el canto de la Salve Marinera en Sábado Santo con la Virgen del Rosario "con su vestido blanco y su manto rojo bordado en oro". Menéndez se despidió recordando el valor del espíritu religioso que siempre tuvo Candás.