El científico Amador Menéndez hizo suyas, ayer, las palabras del escalador y biomecánico Hugh Herr que rezan que "no hay seres humanos discapacitados, solo hay tecnología discapacitada", para contagiar a los alumnos del instituto Escultor Juan de Villanueva, de Pola de Siero, su pasión por la ciencia y la tecnología.

Menéndez dio una conferencia en el auditorio poleso en el marco de la graduación de los alumnos de Bachiller del centro educativo, y lanzó un mensaje: "la tecnología avanza de forma exponencial y vais a ser necesarios para coger el relevo; la ciencia, que es un proceso creativo, necesita mentes jóvenes y vosotros sois el futuro de la ciencia y la tecnología".

Como investigador del Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias, Amador Menéndez reseñó que la tecnología, "por primera vez, nos permite fabricar materiales a la carta con propiedades controladas y para fines específicos, que encuentren aplicaciones en dos ámbitos: a nivel individual nos preocupa la salud humana y a nivel colectivo nuestro desafío es el desarrollo sostenible del planeta y la posibilidad de usar fuentes de energía renovables", detalló.

Con respecto al último punto, puso el énfasis en la energía solar, en la aparición de nuevos materiales que son capaces de atrapar la energía del sol de forma más eficiente y, al mismo tiempo, más económica, superando los obstáculos de los paneles convencionales.

En el campo de la salud citó una disciplina emergente: la biónica, que consiste en el desarrollo de prótesis capaces de ser controladas mediante los impulsos eléctricos del cerebro.

La situación actual, en cualquier caso, "nos permite soñar con nuevos retos y desafíos tecnológicos". Puso varios ejemplos del desarrollo tecnológico. Uno de ellos, el coche autónomo de Google, que empezó a circular el 1 de junio. Un coche capaz de circular sin conductor o en el que el conductor es un pasajero más. Este es un ejemplo palpable, según el científico, de que "las nuevas tecnologías nos permiten hacer máquinas cada vez más inteligentes".

El científico desató una sonora ovación de los alumnos, contagiados de su pasión por la ciencia.