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"Queremos que descanse en paz", dice la hija del pescador desaparecido

Ocho meses después de la supuesta caída al mar de Joaquín Cuervo, "Pepe el Tornillos", su familia acepta que se cierre la investigación

José Joaquín Cuervo. LNE

"Queremos que mi padre, un pescador trabajador y valiente, descanse en paz. Después de tanto tiempo sin haber encontrado su cuerpo necesitamos que se certifique su fallecimiento. Estamos de acuerdo con que se cierre la investigación y así poder seguir con nuestras vidas, recordándole como un pescador que amaba la mar". Así se expresaba ayer Denise, hija de Jose Joaquín Cuervo, "Pepe el Tornillos", el pescador desaparecido hace más de ocho meses en Candás, tras conocer la noticia de que las investigaciones llegaban a su fin sin esclarecer la causa del suceso.

El Ministerio de Fomento ha dado a conocer un informe en el que se apunta a una "caída" del pescador desaparecido como la hipótesis más plausible para explicar lo ocurrido. Se alega también en el informe realizado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos que la embarcación en la que había salido a faenar Cuervo Serrano, "Denise y Joel", tenía un cuadro de dotación mínima de seguridad para dos personas, de lo que se deriva que en el día en el que sufrió el accidente "no contaba con la tripulación mínima".

El accidente tuvo lugar el 1 de septiembre de 2014 hacia las 21.40 horas. El Centro de Coordinación de Salvamento de Gijón recibió la llamada del 112 Asturias. Un vecino que paseaba por la zona había avisado de que una embarcación se encontraba navegando en círculos.

La embarcación, que se dedicaba a la pesca de nécoras (andaricas) con nasa, continuó flotando sin gobierno hasta ser arrastrada, en la fase creciente de la marea de la madrugada del día siguiente, hasta la escollera, donde, finalmente, se hundió.

Durante días, la familia, los vecinos y los amigos del pescador buscaron sin descanso, con esperanzas de encontrarlo vivo, en los alrededores de la zona. La ilusión se truncó cuando se halló un cuerpo flotando en el mar a cuatro millas y media de San Sebastián, aunque resultó no ser el de José Joaquín Cuervo.

Este marinero, padre de dos hijos, ya había sufrido varios percances en la mar, algunos con el resultado de una hipotermia muy severa, de los que, no obstante, salió adelante. La tragedia ha perseguido a esta familia durante años. La madre falleció al resbalar en las escaleras de la Cofradía de Pescadores de Avilés "Virgen de las Mareas". Posteriormente, uno de sus hermanos fue atropellado mortalmente por un tren, esta vez en el concejo de Carreño.

Cuervo creció entre olas y ya desde bien pequeño soñó con ser marinero. Su padre, también Pepe, que falleció de cáncer, fue quien le enseñó este oficio.

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