Con la llegada del verano, las zonas verdes de la Ciudad de Vacaciones de Perlora dejan de estar ocupadas por maleza y pasan a ser disfrutadas por lugareños y visitantes. Un centenar de usuarios disfruta ya de las parrillas y merenderos próximos a las playas. "Mientras se hacen las costillas nos damos un baño y los niños juegan. Así pasamos el día y disfrutamos del buen tiempo que ya echábamos de menos por Asturias", comenta Sara Suárez mientras saca la tortilla y el embutido para disfrutar de una comida entre el campo y la playa.
Parece que el calor ha conseguido que la ciudad residencial de Perlora deje de ser la ciudad fantasma. Aunque todavía quedan muchas zonas abandonadas, lo cierto es que Perlora revive con la temporada estival. Así lo asegura Roberto Díaz, vecino de Candás desde hace más de 50 años, mientras pasea por la ciudad y recuerda con nostalgia su época de esplendor. "Me acuerdo de cuando Perlora estaba lleno de gente. Por eso me gusta pasear por aquí en verano, me gusta ver a las familias reunidas y disfrutando como se hacía antes", comenta. Los más pequeños también disfrutan de las zonas verdes y de las canchas deportivas. "Me gusta venir aquí porque puedo jugar al fútbol, ir a la playa y bañarme", señala Bruno Artime, de 8 años, mientras juega al balón.
Perlora fue una instalación ideada a mediados de los años cincuenta para el uso y disfrute de los trabajadores con pocos recursos económicos. Los empleados y los clientes compartían una excelente relación y disfrutaban en familia de buenos momentos.
Pero lo cierto es que desde hace más de una década Perlora ha caído en el olvido, convirtiéndose en motivo de queja de los carreñenses. Después de que estos protestasen por el mal estado de la ciudad y por la gran cantidad de maleza que ocupaba las zonas verdes, el Ayuntamiento puso en marcha las labores de siega que, a punto de terminar, permiten ya disfrutar de un día de campo.
Otra de las novedades que han hecho recobrar la vitalidad a la Ciudad de Vacaciones ha sido la reapertura del bar La Cabaña, ubicado en la playa de Huelgues, cuyo contrato ha sido adjudicado a Julio César Toral.
El chiringuito de Perlora ha sido objeto de múltiples reformas, dirigidas principalmente a la renovación de todo el sistema eléctrico, a la adecuación de la fontanería y el saneamiento, y a la instalación de un sistema de extracción de aire. El equipamiento hostelero, además de bebidas y refrescos, sirve al público una variada oferta de tapas, que muchos visitantes y curiosos han podido disfrutar ya.
