"Estoy enamorado de sus mujeres, de su clima, del marisco y de la melancolía del paisaje". Esos son los motivos que año a año atraen al pintor mexicano Xavier Carriles a Asturias, en concreto a Pravia, donde está pasando el verano y ampliando su obra pictórica que expone esta semana en la Casa de Cultura de Muros de Nalón La muestra, compuesta por dieciocho acuarelas, se trasladará a Pravia en la segunda quincena del mes.
Carriles está tan ligado al bajo Nalón que su mano se puede ver en el techo del mítico local "La Praviana" de Pravia, una pintura "sin costuras, que liga el cielo con el paisaje, sin líneas y muy comunicador", dice. Las montañas son el mejor marco para los lienzos de Carriles: "Me veo como en un jardín muy grande y no veo la urbe por ningún lado, me imagino que es mi casa y me pongo a pintar porque para mí es una necesidad constante, amo pintar", afirma. El artista suele trabajar con acuarelas, pero también gusta de iniciarse en otras técnicas que le permitan mejorar el dominio de los pinceles. "Tengo que experimentar para volver a la acuarela de una forma reiterada y mejor", detalla. En ese sentido, la muestra que está abierta en Muros de Nalón refleja varios estilos, desde el retrato al paisaje o al arte figurativo. Así es que define su estilo como "realismo poético, fantástico y mágico".
Xavier Carriles es un pintor autodidacta que inició su relación de amor con Asturias, o de romance como él dice, cuando era un adolescente. Llegó a Gijón, donde compartió aprendizaje con pintores de la región y conoció a José Carlos González, un aparejador de Pravia con quien fraguó una amistad que se extiende hasta hoy. Cuando llegue el frío, Carriles volará de nuevo a su México D.F. natal para seguir trabajando con la ilusión puesta en su regreso estival a Asturias.
