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Una talla de madera para la Oliva

El artista maliayés Pepe Cuadra dona una imagen de la Virgen que guardaba desde hace años y que será bendecida esta noche durante la vigilia de la Asunción

Pepe Cuadra, junto a la talla de la Virgen. MARIOLA MENÉNDEZ

"Un día vi a un peregrino extranjero en la iglesia de la Oliva que se puso a cantar en latín a la Virgen con los brazos abiertos, pero no había ninguna y me dije que hacía falta una". Y el artista maliayés Pepe Cuadra se puso a trabajar en ello. De un tronco de madera de peral, procedente de Piloña, talló una imagen de estilo gótico. Mide casi un metro, lleva al Niño en un brazo y con la otra mano sujeta una ramita de olivo realizada en plata.

Pero esta Virgen lleva años guardada en la casa del artista, pues inicialmente no tuvo gran acogida. Como la original, que fue quemada durante la Guerra Civil, era de piedra, la empresa Valle, Ballina y Fernández (El Gaitero) mandó realizar una réplica y fue la que finalmente se colocó en el templo. Pero el actual párroco, Jorge Cabal, se entusiasmó con la obra de Cuadra y esta noche, a las diez y media, coincidiendo con la vigilia de la Asunción, será bendecida. Desde ese momento ya podrá ser venerada en el templo.

Pepe Cuadra, además de por ser uno de los grandes de la pintura asturiana, es conocido por sus trabajos de imaginería religiosa. Explica que a la hora de realizar una talla tiene presente lograr un resultado que transmita e invite a su veneración. Para lograrlo, Cuadra estudia primero la vida del santo en cuestión "para coger ideas y sentimientos". "Luego me dejo llevar porque no soy un artista, soy un artesano". Argumenta que asume pocos encargos porque al realizarlo de una forma tradicional emplea varios meses con cada uno de los trabajos. "Cuando me pongo estoy igual que en el siglo XIV". Pero el resultado merece la pena. Destaca que durante su proceso de creación no piensa en su propio estilo, simplemente se deja llevar. De hecho, hace suya la frase de Isidro Novell, realista catalán, de "yo pinto y basta". "No me considero nada", matiza Pepe Cuadra con la humildad que le caracteriza y le hace aún más grande, porque es suficiente con contemplar su obra para descubrir su talla artística. Además, destaca el trabajo del fallecido maliayés Manolo Cuadra a quien considera un "gran escultor religioso muy olvidado".

Pepe Cuadra acaba de regresar de Ecuador, a donde viajó como cooperante con su esposa. En Puerto Libre (Amazonía) realizó una Virgen del Carmen con maderas de allí y que recibieron encantados. La bendijeron coincidiendo con la onomástica.

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